"Es imposible fugarse de una cárcel como esa sin la ayuda del servicio penitenciario. En realidad, no hubo fuga. Fue una amable invitación a escaparse", aseguró en diálogo con InfobaeTV el abogado especialista en sistema carcelario Leandro Halperín.
En este contexto, el estudioso aseguró sin dudar que el relato del escape es inverosímil y que hay que bucear hacia adentro de los cuadros de los uniformados que custodiaban el penal para entender cómo se dio el hecho.
En este mismo sentido, Halperín recordó que hay una "población estable" de prófugos del sistema penal argentino que llegan a los 105.000 reclusos.
"La enorme mayoría de ellos no vuelve salvo que se mediatice mucho su rostro y sean conocidos por la población en general. El caso paradigmático es el del `gordo´ Valor que todo el mundo vio despeñarse de un muro de una cárcel", explicó. "Hay que actuar rápido para garantizar la recaptura", agregó.
Respecto del hecho de que el Servicio penitenciario estaba casi acéfalo desde la asunción de María Eugenia Vidal, Halperín dijo que el sistema está corrompido desde hace años y "evidentemente las prioridades de la nueva gobernadora eran muchas y muy difíciles. Hay que retomar el control del servicio que jamás fue depurado ni democratizado", enfatizó.
Finalmente, puso de manifiesto el componente del narcotráfico en este tema sugiriendo que desde allí debe leerse la fuga: "el crimen organizado es mucho más poderoso que los viejos sistemas carcelarios argentinos. Hacia ese sector hay que dirigir todas las miradas", concluyó.