A principios de 2015, los delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) acordaron con la empresa Techint un esquema de suspensiones rotativas acompañado de una reducción salarial del 15% para evitar despidos en Siderca por la brusca caída de los precios internacionales del petróleo que arrastró a las ventas de la compañía. En octubre, aceptaron reducir ese 85% otros 5 puntos porcentuales más para evitar despidos. Pero ahora, la compañía solicitó una nueva rebaja. De no poder concretarla, asegura que tendrá que achicar su planta de 2.800 trabajadores.
"La empresa nos está proponiendo reducir nuestros salarios nuevamente, pero no ya un 5 por ciento, sino un 20 por ciento; llevando nuestros sueldos a 60% con amenazas de despidos", describió Abel Furlán, responsable de la seccional Campana del sindicato.
El sindicalista, que responde a la conducción de Antonio Caló y la CGT kirchnerista, reconoció que la empresa sufrió una merma del 70% en sus ventas en los últimos meses a partir de la brusca caída del precio del barril de crudo, pero reclamó que no sean sólo los trabajadores de la empresa quienes deban pagar el ajuste.
"Hay una situación para entender, porque la caída del precio de petróleo ha existido, pero lo que decimos es que no puede caer solamente sobre la espalda de nosotros la responsabilidad de sobrellevar esta situación", argumentó, en diálogo con el periodista Gustavo Sylvestre en Radio del Plata.
De acuerdo con los números que maneja la UOM, hoy Siderca tiene 2.800 trabajadores propios, a los que se suman otros 700 de empresas contratistas. Hoy funciona con un esquema de suspensiones rotativas que alcanza a entre 400 y 600 de sus empleados cada día. Si no puede endurecer las condiciones de ese acuerdo, la empresa asegura que tendrá que avanzar con los despidos. A la espera de soluciones, el gremio que conduce Antonio Caló mientras tanto se prepara para tomar medidas de fuerza.