La mayoría de los sistemas de monitoreo cerebral están basados en el sistema de inserciones invasivas de sensores dentro del cráneo. Sin embargo, la start-up israelí ElMindA se propuso romper con ese paradigma y creó la tecnología Brain Network Activation (Red de Activación Cerebral), que es capaz de realizar las mediciones a partir de sensores en un casco de aspecto futurista.
El dispositivo posee docenas de electrodos, que miden la actividad de los impulsos eléctricos del cerebro a través del cráneo. Cada sensor recoge la actividad asociada a una función específica del cerebro, como la memoria o pensamiento, entre otros.
Los datos se analizan con algoritmos basados en técnicas patentadas de patrones de reconocimiento y procesamiento de señales que revelan imágenes en tres dimensiones de la Brain Network Activation (BNA).
A su vez, esa imagen genera un mapa en alta definición de la función neuronal de la persona. A partir de esta proyección, los médicos pueden crear un perfil de la función cerebral y los cambios que se registran en el tiempo. Según los especialistas de la empresa, con esta información se puede calibrar la progresión de las enfermedades y las respuestas a las intervenciones terapéuticas.
"La ciencia del cerebro es en muchos sentidos la frontera final en la asistencia sanitaria y ElMindA está a la vanguardia de este ámbito de la innovación con la Red de Activación Cerebral", explicó Ronen Gadot, CEO de ElMindA.
El RAC ya está siendo utilizada por los médicos para monitorear la recuperación de algunas lesiones en la cabeza y evaluar una variedad de trastornos cerebrales y eficacia terapéutica.
Para reconocer la actividad cerebral, ElMindA está alimentado por una base de datos sobre la de personas sanas, que entrecruza con otra de pacientes con trastornos cerebrales. De este modo, el sistema es capaz de reconocer más de 7 mil funciones diferentes del cerebro y sus anomalías.
"Además, la tecnología está siendo usada por las compañías farmacéuticas para el desarrollo de fármacos. Durante el desarrollo clínico temprano, el mapeo RAC puede ayudar a comprender si una nueva molécula está afectando el cerebro de la manera esperada. En etapas posteriores, el RAC puede ayudar a responder preguntas tales como cuál es la dosis correcta para optimizar el tratamiento", agregó Gadot.