Pensar en té es idealizar una bebida relacionada con el frío y el invierno. Sin embargo, los beneficios que proporciona esta infusión es clave mantenerlos durante el año. Con el verano cerca, distribuir el consumo del té. Hablar de té es volar en la imaginación y situarse en el sofisticado Five 'o Clock Tea inglés y hasta a lo más selecto de la nobleza rusa reunida en torno a un samovar. También está asociado con las milenarias culturas orientales y sus variedades exóticas que, desde siempre, estuvieron ligadas a poderes curativos.
Un estudio reciente de la Universidad de Yunnan, en China, se descubrió que tomando de tres a cuatro tazas de té de hierbas las personas con sobrepeso lograban adelgazar, a diferencia de las otras que no ingerían esta infusión. En esa línea, el Instituto Farmacológico de Hong Kong emprendió una investigación donde determinó que "las infusiones con hierbas medicinales reducen los niveles de colesterol".
La sustancia estimulante que se encuentra en el té es la teína (químicamente similar a la que lo hace en el café) y que por tanto conviene moderar su consumo según los especialistas –no más de 6 tazas por día–. Si bien el té cuenta con innumerables beneficios, algunos llaman la atención porque exceden las virtudes meramente nutricionales. En otras palabras, esta noble infusión puede ir más allá que pensar en una buena digestión o bajar de peso. Entre sus desventajas, se puede remarcar que los taninos –en especial los de té negro– dificultan la absorción del hierro en la dieta. Por eso se desaconseja en personas con anemia. Salvo en este tipo de casos, no existe inconveniente tal que no permita beberlo a diario.
7 beneficios del té
Contribuye a frenar el deterioro cognitivo. Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition aseguró, mediante una investigación, la relación que existe entre el consumo de té y el deteriorio cognitivo de las personas. En este caso, los individuos fueron de origen chino y mayores de 55 años. El comienzo del ensayo tuvo dos claras evaluaciones: el consumo de té entre los participantes y el resultado de unos exámenes cognitivos que dichas personas realizaron a los 12 ó 24 meses posteriores. Pasado el tiempo de prueba, los investigadores concluyeron en que la ingesta de esta infusión ayudó a mantener en buen estado las funciones cognitivas.
Ayuda a perder peso. Está claro que cualquiera sea la variedad del té, al llenar el estómago e hidratar el organismo, reduce la sensación de hambre y provoca que se coma menos. Además, una infusión sana (así sea en verano o en invierno), evita recurrir al exceso de bebidas azucaradas. El nutricionista alemán Marc Winnefeld, después de realizar una investigación que fue recogida por The Telegraph, explicó que el té impide la formación de células de grasa nuevas y ayuda a eliminar las ya formadas.
Reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El Centro Leibniz de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, Alemania, explicó mediante una investigación que los polifenoles del té se incluyen en la digestión de la glucosa y protegen las células beta del daño de los radicales libres, reduciendo en un 16% el riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2. El doctor Herder, director del equipo de especialistas que llevó a cabo el estudio, explicó que "este efecto sólo se consigue si se bebe un mínimo de cuatro tazas de té diarias. Si se toma menos, el té no juega ningún papel frente a la posibilidad de que aparezca este tipo de diabetes".
Disminuye la incidencia de fracturas óseas. Beber té negro diariamente es un método muy eficaz para prevenir el riesgo de fracturas óseas en mujeres de edad avanzada. Esta es la conclusión de un estudio presentado, el pasado octubre, en el Congreso de la Sociedad Americana de Investigación Ósea y Mineral, y que consistió en analizar las respuestas de casi 1.200 mujeres sobre sus hábitos alimentarios y se las dividió en tres grupos, según su consumo de té. El primer grupo (204 participantes) tomaba hasta una taza semanal; el segundo (357 participantes) bebía entre una y tres tazas diarias; y el tercero (627 participantes), consumía más de tres tazas al día. Tras un exhaustivo seguimiento de 10 años, se observó que las mujeres del tercer grupo tenían menos riesgo de sufrir fracturas óseas que las de los grupos uno y dos, entre los que apenas se hallaron diferencias.
Detiene la acumulación de grasa en el hígado. El científico nutricional Richard Bruno y su equipo de investigación de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, publicaron en The Journal of Nutrition un estudio en el que descubrieron que la ingesta diaria de té verde bloquea la cantidad de grasa que se acumula en el hígado.