Más allá de lo que las personas expresan verbalmente, existe una comunicación no verbal (CNV), que manifiesta en forma constante las emociones, así como los juicios e intenciones. En otras palabras, los gestos y las posturas expresan el carácter y estados de ánimo de las personas, indican aceptación o rechazo y reflejan tanto la sinceridad como los intentos de engaño.
De cara al ballotage del próximo domingo 22 y terminado el primer debate presidencial de la historia argentina, el especialista en comunicación no verbal Sergio Rulicki y su equipo de Sapiens, Conocimiento Humano, analizaron para Infobae la gestualidad de los dos candidatos a ocupar la presidencia de la Nación.
"Al entrar al escenario, Macri tomó la iniciativa del saludo con palmadas sobre la espalda de Scioli, lo que constituye un gesto amistoso, pero también dominante. Al final volvió a realizar el mismo gesto como despedida, marcando que es él el que define los términos de la relación", consideró el doctor en Ciencias de la Comunicación Social y licenciado en Antropología, para quien "desde el mismo comienzo Macri y Scioli mostraron una diferencia actitudinal básica, ya que el candidato de Cambiemos contestó al saludo de buenas noches del moderador Marcelo Bonelli, mientras que Scioli no lo hizo".
Y señaló: "El principal componente que puede observarse sin recurrir a la observación repetida del video es la diferencia paralingüística: la dicción de Macri fue definitivamente más clara y su ritmo de enunciación no tuvo pérdida de fluidez, mientras que Scioli perdió la fluidez en muchas ocasiones, hablando en forma entrecortada, haciendo pausas más largas entre cada palabra, lo que representa una carga cognitiva mayor, es decir que Scioli tuvo que hacer un mayor esfuerzo mental que Macri para enunciar sus ideas, formular preguntas y responder. Macri tuvo una mejor modulación de la entonación con cambios más melódicos, mientras que Scioli se comió las eses, y tuvo varios furcios. El líder del PRO tuvo mejor timing, ya que terminaba sus frases justo cuando se le acababa el tiempo, mientras que a Scioli los moderadores tuvieron que interrumpirlo en varias ocasiones por pasarse del tiempo establecido".
"La dicción de Macri fue definitivamente más clara"
"Macri sonrió más, mostrando mayor asertividad y más satisfecho de sí mismo, mientras que a Scioli se lo vio más nervioso, sobre todo mientras hablaba Macri o enunciaba sus preguntas. En varias ocasiones, mientras Macri preguntaba, a Scioli se lo vio con la boca abierta: o le faltaba el aire o debía reprimir su impulso de interrumpir", analizó Rulicki, para quien "a Macri se lo vio más descansado, mientras que Scioli transmitió mayor agotamiento con sus párpados relajados y un tanto caídos".
Según el especialista, "ambos ilustraron con sus manos, pero Scioli realizó numerosos señalamientos hacia cámara con el dedo índice, un gesto agresivo. También intentó transmitir precisión uniendo sus dedos índice y pulgar".
Tras observar que Scioli se acomodó la corbata en varias oportunidades, Rulicki vio en el gesto "una actitud de acicalamiento que constituye una señal típica del incremento del estrés, muy común su comportamiento basal".
"Ambos mostraron cejas elevadas y profundas arrugas en la frente, lo que constituye una postura defensiva". Sin embargo, para el experto, fue Macri quien mejor controló esta postura, volviendo a alisar su frente, mientras que en Scioli las cejas levantadas y las arrugas en su frente permanecieron más tiempo en su rostro", destacó.
Las cartas están echadas y todo indica que en la recta final de la carrera hacia la Casa Rosada, será el conjunto de lo que digan y lo que no digan lo que terminará de definir al electorado argentino.