El portugués José Mourinho no logra salir definitivamente de su crisis. Si bien logró un triunfo aliviador en la Champions League el pasado miércoles, su andadura en el certamen local todavía es muy pobre. Como si fuera poco, este sábado no podrá ester en el banquillo del Chelsea por una sanción.
La Federación Inglesa (FA, por sus siglas en inglés) castigó a Mourinho por irrumpir en el vestuario del árbitro Jon Moss en el entretiempo del encuentro que disputó ante el West Ham. Por ello estará ausente en la visita al Stoke City y tuvo que desembolsar 60.000 dólares de multa.
El entrenador luso anunció que no apelará la sanción. "Es estúpido librar una batalla si sabes que la vas a perder", dijo Mourinho en la rueda de prensa previa a la duodécima jornada de la Premier League.
El portugués viajará con el equipo y espera poder permanecer con los jugadores hasta poco antes de que comience el partido. "Elegiré la alineación e intentaré preparar al equipo para todos los aspectos del partido. Intentaré preparar el partido mejor que nunca", explicó.
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Cuando le consultaron dónde verá el partido, el técnico contestó de manera irónica: "No tengo ni idea. Quizás me siente en una esquina de la calle con mi iPad. Quizás no vea el partido. Quizás lo siga por comentarios en internet".
Mourinho está muy comprometida, ya que el Chelsea está 15º de la Liga después de perder seis veces en las primeras 11 jornadas. Su próxima rival, Stoke City, es el equipo que lo eliminó de la Copa de la Liga por penales.