El avión volaba de Londres a la localidad egipcia de Sharm el Sheij, con 189 turistas a bordo. Pasó a menos de 300 metros de un misil, que tuvo que esquivar antes de llegar, según indicaron este sábado medios británicos.
El Ministerio de Transportes de Reino Unido confirmó al Daily Mail que "el incidente" se produjo el 23 de agosto. Un portavoz del gobierno afirmó no obstante en un comunicado que lo ocurrido se debía a "unos ejercicios rutinarios del ejército egipcio".
"En el momento de los hechos investigamos el incidente, y concluimos que no se trataba de un ataque específico, sino que muy probablemente se debió a unos ejercicios rutinarios del ejército egipcio en la región", indicó.
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La prensa británica señala que los pilotos debieron maniobrar poco antes de llegar para esquivar el proyectil y aterrizar con toda seguridad. Los pasajeros no fueron informados del incidente.
Según una fuente citada por el Daily Mail, "el primer oficial estaba al mando en el momento de los hechos, pero el piloto estaba en la cabina y vio venir el cohete hacia el avión".
"Ordenó que el avión girara a la izquierda para esquivar el proyectil, que se encontraba a unos 1.000 pies (300 metros) de distancia", añadió la fuente, no identificada.
La investigación determinó que no se trató de "un ataque específico"
El Sinaí egipcio fue escenario el pasado sábado del siniestro de un avión ruso, en el que murieron sus 224 ocupantes. Varias fuentes cercanas a la investigación apoyaban la hipótesis de un atentado.
Confirmación de Thomson Airways
La compañía aérea confirmó el incidente, y añadió que el ministerio de Transportes había considerado entonces "seguros" los vuelos con destino en Sharm el Sheij.
"Thomson Airways puede confirmar que la tripulación del vuelo TOM 476 dio parte de un incidente el 23 de agosto", indicó un portavoz de la empresa.
"Después de aterrizar en Sharm el Sheij, se efectuó una evaluación inicial, y el incidente fue señalado de inmediato al ministerio británico de Transportes", añadió el portavoz.
El ministerio efectuó entonces "una investigación completa junto con otros expertos del gobierno británico", y la misma "concluyó que no había motivos de preocupación y que era seguro proseguir con los vuelos a Sharm el Sheij", agregó.
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