El emotivo espectáculo que se vivió a los alrededores del campo estuvo a la altura de lo que se definió en la cancha. Córdoba se tiñó de azul y amarillo para el encuentro que tuvo como protagonistas a Rosario Central y Boca en la final de la Copa Argentina.
Los fuegos artificiales, las luces y el himno nacional completaron una fiesta que empezó a disiparse cuando la pelota comenzó a rodar en los pies de Marco Ruben y Marcelo Larrondo. Si bien el Xeneize tuvo una propuesta más ofensiva, las combinaciones colectivas del Canalla también eran herramientas para amenazar a Agustín Orion.
La cantidad de agua que cayó en la provincia, junto con el temor a la derrota, llevó a que se produjera un manto de imprecisiones que atentó contra la productividad de los delanteros. Por lo tanto, la primera emoción llegó a los 37 minutos a través de una pelota parada. Un centro de Gaspar Cervi cayó en la cabeza de Ruben para que el atacante con pasado en River imponga el primer grito de la noche. Sin embargo, la intención de Larrondo de participar en la jugada invalidó la acción por un discutido offside. Los constantes reclamos de Eduardo Coudet, con insultos incluidos, obligaron a Diego Ceballos a expulsar al entrenador.
La indignación santafesina aumentó en el amanecer del complemento. Una infracción de Paulo Ferrari a Gino Peruzzi, afuera del área, culminó en el gol de Nicolás Lodeiro por un penal que no debió ser sancionado. Como en la primera etapa, Marcelo Aumente volvió a ser determinante, ya que el asistente le tendría que haber avisado al árbitro principal la ubicación de la falta.
El golpe recibido hizo reaccionar a Rosario Central, y un cabezazo de Ruben hizo lucir a Orion con una maniobra extraordinaria. El arquero le ahogó el grito al ex Villarreal con una tapada salvadora que pudo haber terminado en la red. En tanto, los de Rodolfo Arruabarrena apostaron por las contras comandadas por Carlos Tevez y Jonathan Calleri para liquidar el pleito.
El error ajeno fue otro de los argumentos que pudieron terminar la contienda. Una falla de Damián Musto le dio la posibilidad al volante uruguayo de encarar a la desacomodada defensa adversa, pero la respuesta de Manuel García mantuvo las esperanzas de la Academia.
Los ingresos de Andrés Chávez y Rodrigo Bentancur le dieron más oxígeno a Boca. Una combinación entre ambos fue merecedora de gol, pero el juvenil tardó más de lo que exigía la jugada y la pelota se esfumó hacia el saque de meta.
Fue la velocidad de César Meli y el tanto del ex Banfield la que derivó en el definitivo 2 a 0, aunque la conquista del reemplazante de Calleri volvió a despertar suspicacias. La aparente posición adelantada no fue advertida por el juez de línea y la expulsión a Javier Pinola cerraron una jornada que opacó la celebración del Xeneize.
El acceso a la Copa Libertadores parece poco premio para el Canalla, que deberá seguir esperando para alzar un trofeo, ya que su última corona fue en la Conmebol de 1995. En cambio, los del Vasco sumaron su segundo título en menos de una semana. Como lo dijo en su momento el Apache, las cosas volvieron a la normalidad.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com