"Cuando la vi recibir el ACE, por su trabajo impecable en Madres e Hijos, me di cuenta la profunda admiración que siento por ella", le dijo Arturo Puig a Agarrate Catalina por La Once Diez/Radio de la Ciudad sobre su esposa, Selva Alemán.
"Cada función que hace, el público queda enloquecido con ella, una señora se subió arriba del escenario a darle un abrazo, nadie se lo esperaba, fue un susto", agregó después.
"Cuando empecé mi relación con Selva, no me imaginé de ninguna manera que íbamos a durar 40 años", confesó pero inmediatamente intentó salir del lugar de la perfección: "No somos la pareja ideal, nos peleamos muchas veces, y a los gritos".
"Tuvimos muchas crisis, nos hemos ido de casa varias veces, pero siempre el amor ganó". ¿Será entonces la perseverancia la clave de llegar a las cuatro décadas de relación? Luego, más cauto, confesó que "no tener hijos fue una deuda muy grande".
Yendo a la parte labora, celebró el éxito que logró con Piel de Judas: "Fue una temporada muy exitosa, Susana estaba muy contenta". Pero luego acotó: "Estaba cansada porque ella hacía tiempo no hacia teatro pero bueno, ella había pactado hacer solo tres meses y terminó haciendo mucho más, creo que lo disfrutó".
"Dirigirla fue fácil porque ella estaba entregada a este trabajo y además tiene una frescura y ángel muy especiales. Alguno de los actores ya habían trabajado con ella, pero los actores nuevos, cuando la no les salía la voz de los nervios, hubo que trabajar en eso", concluyó.
¿En qué nuevos proyectos está trabajando ahora? Por un lado, una obra de teatro junto a Guillermo Francella y Jorge Marrale que se estrenará en marzo: "Es un honor muy grande". Por otro lado, dijo: "voy a dirigir a Nicolás Cabré en su vuelta al teatro, estamos trabajando muy bien".