Las ocho reglas de oro que enseñó Julia Roberts en "Pretty Woman"

En la icónica película de 1990, la actriz dejó una serie de "moralejas para mujeres" que hoy recobran actualidad. Claves para quienes desean ser protagonistas de su vida

Guardar
  162
162

Si bien el personaje de Vivian Ward, la prostituta que encarnó Julia Roberts en Mujer bonita, era un tanto vulgar, con el correr del film aprendió a refinar sus modales para no "desentonar" en sociedad. Y en el camino, casi sin darse cuenta, el director de la mítica comedia romántica de los 90 dejó más de una enseñanza a toda mujer que se precie de ser "bonita".

A sus 48 años, la actriz es –sin proponérselo– un modelo a seguir para muchas mujeres alrededor del mundo. La película está entre las más exitosas de Julia Roberts y si bien es un "cuento de hadas" bastante peculiar, sigue despertando suspiros cuando alguien la encuentra en un zapping de fin de semana.

Las lecciones que dejó

1. Cantar en la bañadera, siempre

La escena cuando Edward Lewis (el millonario hombre de negocios interpretado por Richard Gere) descubre a Julia cantando un tema de Prince en la bañera es tan memorable como real. Cantar, mal o bien, pero hacerlo bien alto (y en lo posible que escuchen los vecinos) puede ser de las mejores "descargas" luego de un día agitado.

2. ¿Rechazarme a mí?

Si a alguien le ocurre lo que a Vivian, que fue rechazada en una tienda por su aspecto, volver y "hacer lío" será una gran idea. Pese a que nadie reconozca a la ofuscada mujer por su nueva apariencia, bien valdrá la pena recordar que unos días antes no la habían querido atender y hacerles notar su error. La venganza será perfecta.

3. Un vestido descartado en el vestidor podrá ser la salvación

Los lunares son el estampado que varias firmas rescataron este año y que se apoderó de las vidrieras. La escena en que Julia llega al partido de polo sintiéndose fuera de lugar, pero brillando como nadie, es la mejor moraleja para aprender que la "magia" no está siempre afuera de uno.

4. La espontaneidad salvará cualquier situación incómoda

Más de una deberá recordar siempre cuando Vivian no sabía cómo usar los cubiertos para comer caracoles y salió del paso comiéndolos con la mano, argumentando que "estos bichitos resbalan". Salir airosa requiere de un manejo de la naturalidad bien depurado y de la seguridad de que, pase lo que pase, no habrá "metida de pata" que arruine un gran momento.

5. Un día para pensar puede ser la gran solución a un dilema crucial

  162
162

Tomarse el día para ir a leer a una plaza, salir a comer algo rico o simplemente no hacer nada puede ser clave cuando un problema no permite avanzar. Justo en uno de esos días de descanso, Julia y Richard se dieron cuenta de que estaban enamorados, así que a tomar con más consideración eso de tomarse un día para uno mismo.

6. Dejarse mimar no denota debilidad

Cuando alguien no está pasando un buen momento y un amigo o familiar decide tener un gesto de empatía, nunca deberá rechazarse. A Vivian la invitaron a salir de compras sin pensar en lo que estaba gastando y mientras esperaba sus zapatos soñados disfrutó de una pizza con sus amigos. ¿Quién dice que está mal?

7. Mejor no ensayar respuestas a situaciones inesperadas

La reacción sincera y espontánea de Vivian al recibir el collar que Edward le obsequió siempre será preferible a la de impostar una salida más elegante, pero más artificial. Si alguien recibe un diamante por primera vez en su vida es válido que lo examine a fondo y muestre sorpresa.

8. La camisa de tu chico es la mejor prenda del mundo

¿Quién no gusta de amanecer tras una noche de amor con la ropa de su compañero? Julia la usó por pura necesidad, pero bienvenidas quienes vistan la camisa, pijama o remera grande de su novio por gusto. Relajarse es la premisa.

Guardar