En la demanda, las víctimas alegaron que el príncipe las aterrorizó y les realizó "avances sexuales que incluyeron su frotamiento contra una de ellas y el pedido a otra que le lamiera todo su cuerpo".
En determinado momento, ordenó a su personal, incluyendo a sus guardias de seguridad, que se desnudaran en la piscina porque "quería ver el sexo desnudo de todo el mundo".
Cuando una de las mujeres le pidió que parara, el príncipe le respondió, según la demanda: "¡No eres una mujer! ¡No eres nadie! Yo soy príncipe y haré lo que quiera sin que nadie me haga nada!"
"Éste es otro ejemplo del uso de grandes fortunas y poder para abusar física y emocionalmente de los más vulnerables", dijo el abogado de las mujeres, Van Frish.
Las mujeres habían sido contratadas en septiembre como empleadas domésticas.
El príncipe saudita también fue acusado de amenazas, detención ilegal y agresión. Si es declarado culpable, puede ser condenado a hasta ocho años de cárcel y penado con una multa de USD 10.000.
Tras pasar una noche detenido, fue dejado en libertad tras pagar una fianza de USD 300.000.
Otros escándalos
No es la primera vez que un miembro de las monarquías del Golfo tiene problemas con las autoridades de Los Ángeles, donde abundan las mansiones de los millonarios árabes.
En septiembre, el jeque Jalid bin Hamad al Thani, de la familia real qatarí, fue interrogado por la policía de Beverly Hills tras la aparición de un video en el que se ve una Ferrari amarilla saltándose un cartel de Stop y poniendo en peligro a un grupo de peatones. Los agentes determinaron que el coche pertenece a Al Thani, pero el príncipe negó haberlo conducido y reclamó su inmunidad diplomática antes de abandonar el país.
Hace dos años, la princesa saudita Meshael Alayban quedó libre de cargos por falta de pruebas tras ser acusada de esclavizar a una empleada.