El candidato a gobernador del Frente para la Victoria Aníbal Fernández votó puntualmente a la hora prevista, las 9:30, en la Escuela Comercial N° 9 de Quilmes Este, a donde concurrió acompañado por su pareja y saludó uno por uno a los fiscales de su mesa, la 115. Tras emitir su voto, el jefe de Gabinete habló con los medios y, fiel a su estilo, ofreció algunas definiciones: dijo que antes de las medianoche debería haber resultados, prometió "terapia de grupo en el salón de los bustos" mañana, y se definió como "una lechuza cascoteada", que si bien "no es de amianto", a los 58 ya está preparado para lo que de él se dice.
Tras emitir el voto, Fernández se dirigió hacia un lugar más cómodo de la escuela, donde incluso se encargó de organizar a los medios. "Fijate si las cámaras están", advirtió, incluso, a los movileros ansiosos por comenzar la improvisada conferencia de prensa. Allí, explicó que con "tantas elecciones en el lomo", su impresión era que antes de la medianoche habrá ya resultados que permitan afirmar si hay un presidente electo o si habrá ballotage.
Para el jefe de Gabinete, el de hoy es "el hecho político más importante de mi vida", pues su candidatura "era un sueño largamente buscado y con muchas ganas acariciado"; además, recalcó que fue "la única vez en 200 años que se eligió candidato a gobernador en una interna". Sin embargo, también dijo estar tranquilo, porque "uno es una lechuza cascoteada: son muchos años como para que uno esté preocupado". "Estoy muy confiado en que nos tocará gobernar a nosotros", dijo, y comparó su candidatura, a los 34 años, a intendente: por entonces "tenía una ebullición" interna que contrasta con la calma con que a los 58 se toma las cosas, aunque admitió: "no significa que sea de amianto".