Richard Fabián Souto, Néstor Facundo Maidana, Damián Maximiliano Sack, Gonzalo Hernán Álvarez y Gabriel Raúl Figueroa fueron condenados a prisión perpetua mientras que Ana Cristina Moyano recibió 24 años, Federico Esteban Maidana 21, Celeste Verónica Moyano 19, Elías Emanuel Vivas 18 y Jennifer Stefanía Souto 17.
Por otro lado, se le realizará un nuevo juicio a Alexa Yamila Souto Moyano, quien había sido la única absuelta de la banda que en septiembre de 2010 secuestró y luego, en un fallido intento de fuga, asesinó a Matías Berardi.
El fallo estuvo a cargo de la la Sala III de la Cámara de Casación Penal, integrada por los jueces Mariano Borinsky, Liliana Catucci y Eduardo Righi.
Lo decidido por los jueces es lo que había solicitado la familia Berardi, afirmando que todos los integrantes de la banda habían participado y "estado en conocimiento de lo que estaba ocurriendo".
Eduardo Durañona, abogado de la familia, valoró que Casación vuelva a juzgar a la única absuelta: "Todos los testimonios y pruebas que la ubican a la menor como vigiladora de la situación de encierro le daban la razón a la querella".
En diálogo con TN, hizo hincapié en cómo toda la banda cumplía un rol específico: "Hubo cinco que se encargaron de la captura. Esas cinco y otras personas cuando Matías estuvo en cautiverio lo tenían controlado y parte de esas cinco que lo capturan participan luego de la muerte".
Y recordó que cuando Matías logra fugarse, no recibió ayuda pero que un testimonio posterior colaboró: "Muchas personas le cerraron la puerta en la cara, ni le prestaron el teléfono para que llame a su familia. Cuando sale la imagen de Matías en la televisión, una persona llama al 911 y cuenta lo que pasó. Una de las personas recapacitó y contó cómo fueron las cosas. A partir de ahí se desencadena una tarea de inteligencia y luego de unos meses capturan a todos los miembros de la banda".
El crimen se produjo en septiembre de 2010, cuando una banda secuestró a Berardi y pidió a la familia un rescate de 30.000 pesos. El chico estuvo 14 horas atado y cautivo en un baño de un taller de Ingeniero Maschwitz. En medio de las negociaciones, Matías logró escapar y pidió ayuda a los vecinos, pero nadie lo escuchó y fue rápidamente recapturado. Fue entonces que los delincuentes lo llevaron a un descampado de Campana y lo mataron de dos disparos.