Cuerpos de socorristas recuperaron este martes 19 cadáveres, con lo que ya suman 161 las víctimas de un gigantesco alud que arrasó un poblado aledaño a la capital guatemalteca, mientras continúan las búsquedas entre los escombros del desastre, informó una fuente oficial.
El director de incidentes de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio Cabañas, dijo a la AFP que cuadrillas de socorristas, incluido un grupo de mexicanos que apoyan con perros entrenados, reiniciaron las tareas de rescate a las 06:00 hora local (12:00 horas GMT) del martes para tratar de encontrar algún sobreviviente o recuperar cuerpos sin vida.
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Sin embargo, reconoció que será difícil encontrar sobrevivientes debido al tiempo transcurrido desde la tragedia, ocurrida la noche del jueves pasado, cuando el deslave de tierra arrasó con unas 125 viviendas en la aldea Cambray II, en el municipio de Santa Catarina Pinula, 15 km al este de la capital.
Un balance dado la noche del lunes indicaba que los cuerpos de rescate habían recuperado 142 cadáveres y que unas 300 personas seguían desaparecidas.
Los rescatistas trabajaban por quinto día consecutivo en la zona del desastre, luego de que el lunes las tareas fueron afectadas por las lluvias.
En el lugar del siniestro, los fuertes olores por los cuerpos en descomposición obligaron a los socorristas a utilizar mascarillas, al tiempo que se prohibió el acceso a la prensa.
Solidaridad por la tragedia
Las muestras de solidaridad para los afectados no se han hecho esperar, y miles de guatemaltecos se han volcado para donar alimentos, agua potable, frazadas y otro tipo de víveres.
El domingo 4, el papa Francisco y los presidentes del gobierno español, Mariano Rajoy, y de Bolivia, Evo Morales, también manifestaron su solidaridad con las víctimas del alud en Guatemala.
A su vez, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, ordenó el envío de un contingente de 64 especialistas de rescate, apoyados por 16 perros entrenados en la búsqueda de personas soterradas entre los escombros.
Mientras, familiares y vecinos continúan en el proceso de enterrar a sus seres queridos en cementerios de varios lugares del país.