El ex candidato presidencial Aécio Neves, titular del PSDB, y el ex mandatario Fernando Henrique Cardoso protagonizaron un spot publicitario en el que se afirma que esa formación está lista para tomar el control del gobierno y cuenta con dirigentes capacitados.
El aviso fue transmitido en radio y televisión el lunes por la noche, horas después de que Rousseff afirmara, durante un discurso en Naciones Unidas, que defenderá la continuidad de la democracia y fustigó a los que buscan debilitarla.
La publicidad del PSDB se ilustra con caretas de Rousseff acompañadas de una voz que la acusa de haber mentido al electorado en la campaña de 2014 y pregunta al público si esa falta a la verdad no es un "golpe".
El oficialista Partido de los Trabajadores acusa al PSDB y otras formaciones de alentar un golpe contra Rousseff al impulsar un juicio político en el Congreso.
El ex mandatario Cardoso reiteró su pedido para que Rousseff tenga un acto "de grandeza" y reflexione sobre la conveniencia de continuar al frente de la administración para la que fue elegida en octubre de 2014.
Es la segunda vez en menos de 60 días en que Fernando Henrique Cardoso recomienda a Rousseff que actúe con "grandeza" y opte por salir del gobierno antes de que se le sustancie un eventual juicio por impedimento, respaldado públicamente por varios congresistas del PSDB.
Rousseff, quien el pasado 1 de enero asumió su segundo mandato de cuatro años, atraviesa por uno de los momentos más difíciles desde que está en el poder, acorralada por una economía en recesión y una fragmentación de su base política que, en parte, ha sido generada por las corruptelas en Petrobras.
La combinación de las crisis política y económica han derrumbado su popularidad, que los últimos sondeos han situado en unos mínimos históricos de entre 7 y 8 por ciento.
En medio de ese complicado escenario, el gobierno recibió otro mazazo cuando la agencia Standard & Poors (S&P) rebajó la nota de riesgo de Brasil al nivel BB+, considerado como de "bono basura", y con perspectiva negativa.
Esta es la primera agencia de riesgo que le quita a Brasil el llamado "grado de inversión", la calificación que se otorga a los buenos pagadores y que Brasil gozaba desde 2008.