La llegada del papa Francisco a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York generó un enorme movimiento interno entre el personal de la organización, parte del cual pudo escuchar en persona un breve discurso en el que el Pontífice resaltó el valor de su trabajo para la paz, el desarrollo y la justicia en el mundo.
"Les pediría que les den un saludo también a los miembros de sus familias y a los colegas que no pudieron estar con nosotros por la lotería", dijo en referencia al sorteo que se realizó para que los ganadores asistieran al encuentro con Francisco. El comentario provocó las carcajadas de los presentes y un cálido aplauso inicial.
"Les pido que saluden a quienes no pudieron estar con nosotros por la lotería"
Luego pasó a resaltar que la mayoría del trabajo que se hace allí "no genera noticias", alabando las tareas de quienes a diario "hacen posible las iniciativas de las Naciones Unidas, que son tan importantes para cumplir con las esperanzas y las expectativas de los pueblos".
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"Ustedes son expertos trabajadores, funcionarios, secretarias, intérpretes, traductores, cocineros, empleados de mantenimiento, personal de seguridad. Estén tranquilos que su trabajo contribuye al mejoramiento de la ONU", les dijo Francisco.
También los definió como un "microcosmos" de la sociedad global, ya que "muchos han venido de países de todo el mundo". En ese sentido, les hizo un pedido muy importante: "Que se preocupen el uno por el otro, que estén cerca el uno del otro, que se respeten uno al otro".
En la visión de Francisco, los empleados deben constituir "una familia humana viviendo en armonía, trabajando no sólo por la paz, sino en paz, no sólo para la Justicia, sino con espíritu de Justicia".