El diario brasileño Folha de Sao Paulo publicó en su portal una conversación con José Ferreira Da Silva, alias Frei Chico. Según el artículo, las declaraciones se produjeron mientras almorzaba en un bar ubicado en la esquina de la sede nacional del PT.
"Lula está triste, estamos acorralados, necesitamos salir de esta situación", dijo Frei Chico, el responsable de iniciar al propio ex presidente en la actividad sindical. "No podemos sacrificar a Dilma", agregó.
El 11 de septiembre pasado, la Policía brasileña pidió a la Corte Suprema que interrogue al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, porque "podría haberse beneficiado" del esquema de corrupción que expolió a la estatal Petrobras.
El ex presidente Lula "en su condición de mandatario máximo del país, podría haberse beneficiado del esquema en curso en Petrobras, obteniendo ventajas para sí, su partido, el PT (Partido de los Trabajadores), o incluso para su gobierno, con el mantenimiento de una base de apoyo partidario sustentada a costa de negocios ilícitos", señala el pedido.
Lula aparece mencionado en el escándalo en algunos testimonios dados a la Justicia por implicados en el caso, que colaboran a cambio de una reducción de sus condenas. Pero según aclara el propio delegado policial, los testimonios no aportan pruebas.
La petición está ahora en manos de la Corte Suprema, que deberá decidir si la envía para su revisión a la Fiscalía General que investiga la parte de la causa que atañe a políticos –mayormente protegidos por fueros, aunque no es el caso de Lula–, si lo destina al juzgado federal de Paraná (sur) que tramita la esfera privada del escándalo, o si la descarta.
El Petrolao consistió en una red de sobornos armada entre directivos de Petrobras, grandes constructoras, intermediarios y especialistas en lavar dinero, para amañar licitaciones, cobrar sobreprecios y desviar fondos al extranjero durante 10 años. La investigación señala que ese dinero engrosó fortunas personales y financió a partidos políticos.