Ban Ki-moon consideró "inaceptable" el trato a los inmigrantes en Hungría

El secretario general de las Naciones Unidas se refirió al uso de gases lacrimógenos en la frontera húngara por parte de las fuerzas de seguridad. El paso está cerrado desde el lunes

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 AFP 163
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El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, criticó el miércoles el trato que están recibiendo los refugiados en Hungría desde que las autoridades de ese país han puesto en vigencia un polémico paquete de normas para restringir la llegada masiva de personas.

El funcionario calificó de inaceptable el uso de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad, que ayer tuvieron la orden de cerrar las fronteras y imponer un cordón de seguridad en la zona.

"Me resultó chocante ver cómo eran tratados estos refugiados y migrantes. Es inaceptable", dijo Ban en una conferencia de prensa en respuesta a una pregunta sobre enfrentamientos entre policías y migrantes en las fronteras húngaras.

"Me resultó chocante ver cómo eran tratados estos refugiados y migrantes. Es inaceptable"

Ban los describió como "personas que huyen de la guerra y la persecución" y pidió que la respuesta sea un "liderazgo compasivo".

El miércoles la Policía húngara se enfrentó durante varias horas con cientos de migrantes luego de que el gobierno cerrara su frontera sur con Serbia, uno de los principales puntos de entrada a la Unión Europea.

La Policía disparó al menos 20 granadas de gas hacia la multitud, que cantaba consignas en árabe con los puños alzados. Muchos niños lloraban por los efectos del gas lacrimógeno y varias ambulancias fueron enviadas al área fronteriza.

 Reuters 163
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"No es un crimen cruzar una frontera", sostuvo, por su parte, el jefe de la agencia para los refugiados de la ONU (ACNUR), Antonio Guterres, quien también advirtió que algunas medidas implementadas por Hungría respecto de los refugiados violaron las leyes internacionales.

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Guterres reclamó a las autoridades húngaras "asegurar el acceso sin trabas a las personas con necesidad de protección en conformidad con sus obligaciones legales y morales", aunque el país es de los más decididos en el cierre fronterizo y en la negativa a aceptar la propuesta de Bruselas de repartir los migrantes por cuotas.

En total, 200.778 migrantes entraron en ese país desde el 1º de enero, en su gran mayoría por la frontera serbia. Y en casi todos los casos, siguieron su camino hacia el oeste de Europa.

La flamante legislación prevé especialmente penas de cárcel de tres años para todo aquel que franquee la valla de alambradas, erigida a lo largo de sus 175 kilómetros de frontera.

La ONU ha realizado varias solicitudes a los líderes europeos para que respeten los derechos humanos mientras el continente afronta la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.

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