Los diez países que más envejecerán hasta 2050

Así sería América Latina si tuviera 100 habitantes

Un envejecimiento acelerado

Las convenciones demográficas consideran que un país es joven cuando menos del 10% de sus habitantes tienen 60 años o más. Cuando la proporción se ubica entre 10 y 19%, se lo considera envejecido; entre 20 y 29%, muy envejecido; y por encima del 30%, híper envejecido.

Actualmente hay una sola nación en la última categoría: Japón, donde el 33,1% tiene 60 años o más. En cambio, 102 de 200 países con datos fiables son jóvenes.

Las cosas serán muy diferentes dentro de 35 años. El número de jóvenes caerá más del 60%, y quedarán apenas 37. Por el contrario, al hoy exclusivo club de los híper envejecidos se sumarán otros 61, además de Japón.

Este proceso, del que ningún continente está al margen, es, sin embargo, muy heterogéneo. Por ejemplo, la región que reúne hoy la mayor proporción de adultos mayores es Europa Occidental, con 24,2 por ciento. Muy lejos de eso está África, donde representan sólo el 6,3% de los habitantes.

En el medio están, de menor a mayor, Medio Oriente (8,4%), Asia (10,5%), América Latina y el Caribe (10,9%), Oceanía (20,4%), Norteamérica (21,5%) y Europa del Este (22,2%).

El orden no se modificará en 2050, y todas crecerán. Pero, como suele ocurrir, las que están más rezagadas son las que lo harán con mayor intensidad.

La gente de 60 años y más se expandirá un 117% en Asia

La gente de 60 años y más se expandirá un 117% en Asia a lo largo de estos 35 años, y llegarán a representar el 22,8 por ciento. En América Latina el incremento será de 116%, alcanzando el 23,6 por ciento.

En Medio Oriente, el avance será de 98% (16,7%); en África, 88% (11,9%); en Europa del Este, 52% (33,8%); en Europa Occidental, 41% (34,3%); en Oceanía, 41% (28,9%); y en América del Norte, 40% (30,2%).

¿Cuáles serán los países con más adultos mayores en 2050? El primero seguirá siendo Japón, con 42,5 por ciento. Luego vendrán Corea del Sur (41,5%), España (41,4%), Portugal (41,2%), Hong Kong (40,9%), Grecia (40,8%), Italia (40,7%), Bosnia y Herzegovina (40,5%), Singapur (40,4%) y Cuba (39,7%), el único representante latinoamericano en el top ten.

El único país que, según estas proyecciones, tendrá una menor proporción de mayores de 60 años será Níger, que descenderá de 4,2 a 4,1%, convirtiéndose en el de habitantes más jóvenes. Los otros nueve que estarán al final del ranking mundial incrementarán sus habitantes en esta franja etaria, pero menos que el resto.

El único país que tendrá menor proporción de mayores de 60 años será Níger

El segundo será Somalia, con 5,2 por ciento. Después vendrán Chad (5,4%), Angola (5,5%), Mali (5,8%), Gambia (5,9%), Uganda (6%), Mozambique (6,2%), Nigeria (6,3%) y Burkina Faso (6,4%).

Los diez son africanos, y las razones no deberían sorprender. Para que la población envejezca, la esperanza de vida debe crecer. Eso significa, esencialmente, buena alimentación y un sistema de salud óptimo. Sólo así se puede reducir la mortalidad infantil, evitar enfermedades venéreas y combatir más efectivamente las inevitables, así como estirar la sobrevida de los pacientes más delicados. Estas condiciones están ausentes en la mayoría de las naciones africanas.

América Latina

La región no tiene en la actualidad ningún país híper envejecido ni muy envejecido. Sí hay once que son envejecidos a secas: Cuba (19,4%), Uruguay (19,1%), Chile (15,7%), Argentina (15,1%), Costa Rica (12,8%), Brasil (11,7%), El Salvador (11,5%), Panamá (10,9%), Colombia (10,8%) y Perú (10%).

El resto son jóvenes: Ecuador (9,9%), República Dominicana (9,7%), México (9,6%), Venezuela (9,4%), Bolivia (9,2%), Paraguay (9%), Nicaragua (7,8%), Honduras (7,2%) y Guatemala (7%).

"Llama la atención la rápida tasa de envejecimiento para todo el continente. Hoy una de cada diez personas en la región es adulto mayor, para 2030 va a ser una de cada seis, y para 2050, una de cada cuatro. Para algunos países, especialmente en el Cono Sur, la tasa será aún más rápida. Este fenómeno obliga a que el tema de la vejez sea tomado en consideración para los objetivos del desarrollo sostenible hacia 2030. Si no, un segmento importante de la población se quedará afuera", dice Martens.

"Es muy importante avanzar con políticas públicas en los sistemas de salud, pensiones y transporte -continúa. Obviamente, los países más ricos tienen más recursos, pero mucho tiene que ver con que haya una decisión firme de tomar medidas que favorezcan a los adultos mayores. Por ejemplo, en América Latina muchos trabajan en el sector informal, sin poder contribuir. Entonces, tiene que haber pensiones no contributivas, que reconozcan el trabajo de ellos también".

En 2050 ya no habrá países jóvenes y tres serán hiper envejecidos: Cuba (39,7%), Chile (32,9%) y Costa Rica (30,4%). La mayoría serán muy envejecidos: Brasil (29,3%), Colombia (27,6%), Uruguay (27,5%), México (24,7%), El Salvador (24,1%), Argentina (23,6%), Panamá (23,5%), Nicaragua (23,4%), Perú (23,2%), Venezuela (21,9%), Ecuador (21,8%) y República Dominicana (21,1%).

Simplemente envejecidos quedarán Honduras (19,5%), Paraguay (18,3%), Bolivia (17%) y Guatemala (14,2%).

Un mundo que debe adaptarse

En el futuro próximo, entre el 30 y el 40% de la población tendrá más de 60 años. La mayoría de ellos serán jubilados retirados del mercado laboral, que cobrarán una pensión.

Si se considera que otro tanto serán niños y adolescentes que aún no tienen edad para trabajar, en no muchos años se llegará una situación insostenible: el 100% de la sociedad será sostenida por el trabajo del 40%, o menos.

el 100% de la sociedad será sostenida por el trabajo del 40% o menos

"Hay que ver cómo se pueden tener servicios sociales y pensiones que beneficien a la población. Pero también es importante pensar que la gente no deje de aportar a los 60 o 65 años. Hay que ajustar la economía para que los adultos mayores puedan seguir aportando, porque mucha gente no quiere dejar de trabajar a esa edad", explica Martens.

"Pero también -continúa- hay que generar las condiciones para que eso sea posible. Habría que pensar en trabajos ajustados para ellos, ya no una jornada de ocho horas diarias, sino de medio día. Cada sociedad tiene que fijarse cómo puede, por un lado, asegurar la atención y el cuidado para los adultos mayores, y al mismo tiempo, seguir aprovechando sus capacidades", concluye.