La crisis política por lo escándalos de corrupción que sacudieron Guatemala en los meses previos a los comicios parecen haber rendido sus frutos. El domingo, un comediante sin experiencia política previa resultó el ganador de las elecciones presidenciales, aunque deberá competir en una segunda vuelta electoral.
Se trata de Jimmy Morales, de 46 años, quien horas después de haber sido resultado ganador hizo duras declaraciones a la prensa sobre su plan de gobierno en caso de derrotar a un rival que aún no está definido.
Antisistema, teólogo evangelista y cómico, Morales posee todas las características para convertirse en un líder que después de la sorpresa del fin de semana, dará que hablar.
"Un alto porcentaje es voto de castigo contra los otros partidos. Eso me lleva a comprometerme y a tratar de no defraudar a esos votantes"
En una entrevista con el diario El País publicada hoy, Morales se muestra consciente de haber ganado gracias a un "voto castigo" contra la clase política -el presidente Otto Pérez debió renunciar la semana previa a los comicios y aún espera la decisión de la justicia con prisión en suspenso-.
"Un alto porcentaje es voto de castigo contra los otros partidos. Eso me lleva a comprometerme y a tratar de no defraudar a esos votantes", explicó el comediante, quien agregó que apoya al movimiento ciudadano que protagonizó las protestas anticorrupción desde su "corazón".
Consultado sobre tres temas candentes -aborto, matrimonio homosexual y legalización de la marihuana- el candidato fue contundente: "No acepto ninguna de las tres".
"En el caso del matrimonio de personas del mismo sexo, lo rechazo porque no creo en eso y porque en Guatemala el 97% de la población tiene un pensamiento ético cristiano".
"Guatemala no tiene nada que ver con Uruguay"
Sobre la marihuana, Morales se diferenció: "Guatemala no tiene nada que ver con Uruguay. (...) Nuestro sistema de salud está colapsado por la enfermedad, y si se generase una mayor adicción a las drogas, no tendríamos cómo enfrentarla".
Por último, al respecto del aborto, replicó que el mismo no era propicio para el pensamiento guatemalteco y se definió "cristiano evangélico".
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El panorama guatemalteco ha sufrido un sacudón con los acontecimientos de los últimos días, y no son pocos quienes dicen que los escándalos y la movilización ciudadana que ha surgido contra ellos modificarán el escenario politico de manera definitiva.
"Yo quisiera que el movimiento se mantuviera, que participase en política y que nos acompañase en el próximo Gobierno. Guatemala ha sufrido mucha indiferencia política, se ha dejado que los gobernantes hagan lo que quieran", opinó Morales para El País.
Gane quien gane, el futuro gobernante, que deberá asumir el 14 de enero, tendrá el desafío de devolver la esperanza a una Guatemala harta de los corruptos, agobiada por una pobreza del 54% de los 15,8 millones de los pobladores y una violencia generada por el narcotráfico y las pandillas que deja una tasa de 39 homicidios por cada 100.000 habitantes.
"Mi garantía (para con la ciudadanía sobre que no me corromperé) es mi pasado. No tengo otra. He sido un hombre trabajador y honrado, la gente sabe de dónde proceden mis recursos", concluyó, exultante, Morales.