Prácticamente nadie ha escapado a la violencia en Venezuela, y una cultura de impunidad significa que la mayoría de los homicidios quedan sin resolver. Aunque la Policía por lo general reconoce cuando mata a alguien, a menudo se desconoce si los hechos fueron en defensa propia.
En 2008 el gobierno de Nicolás Maduro dejó de difundir estadísticas sobre los homicidios relacionados con la Policía. Sin embargo, la organización sin fines de lucro Comité de Familiares de Víctimas de Abusos contó 1.018 casos en 2014, un incremento de 25% en comparación con 2013.
El Comité Contra la Tortura de la ONU ha exhortado al régimen chavista a que investigue los homicidios relacionados con la Policía. Sobre todo desde que, a mediados de 2015, el presidente Nicolás Maduro emprendió una iniciativa de "lucha contra la delincuencia" bajo la consigna de recuperar el control de vecindarios dominados por grupos delictivos.
El programa puesto en marcha en julio generó la muerte de más de 80 supuestos delincuentes en el último mes y medio, según un conteo de la agencia de noticias estadounidense AP basado en comunicados oficiales entregados a la prensa. Las autoridades no han informado de muertos ni heridos entre la policía durante las operaciones efectuadas sin previo aviso.
Grupos defensores de derechos humanos han acusado a las fuerzas de seguridad de llevar a cabo ejecuciones sumarias. Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, desechó a principios de agosto las quejas de activistas sobre ejecuciones relacionadas con la Policía, al afirmar que grupos opositores pretendían apuntarse puntos al socavar un enfoque efectivo.
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