La ministra de Educación de Colombia, Gina Parodi, aseguró que 2.067 niños de nacionalidad colombiana no pudieron asistir a clases desde que el presidente venezolano Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera.
Los estudiantes que no pueden llegar a la escuela viven en Venezuela, pero van a colegios en la ciudad de Cúcuta, por lo que deben cruzar todos los días el límite con Colombia.
Parodi se comunicó con el gobernador de Táchira, José Vilma Mora, para solicitarle la apertura de un "corredor humano" para disminuir el ausentismo escolar.
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"Abramos un corredor humanitario para que los 2.067 niños puedan volver a sus clases porque están en Venezuela sin ir al colegio. Por encima de los intereses políticos, tengamos un interés superior para que los niños puedan estudiar. Por favor, no cometamos este crimen", pidió la ministra de Educación.
Pero el problema no acaba entre los jóvenes que no pueden cruzar la frontera para ir a clases. También afecta a quienes migraron con sus familias a Colombia por miedo a ser expulsados y ser sometidos a maltratos por parte de la Guardia Nacional Bolivariana, y a quienes fueron deportados pero estudiaban en Venezuela. Según el diario El Nacional, Parodi indicó que 100 de los 223 niños deportados están ubicados en nuevas escuelas en Colombia.
Ayer, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció la emergencia económica en la frontera con Venezuela para atender de forma más ágil la crisis.
Al amparo de la emergencia económica se facilitará, entre otros aspectos, transportar el carbón que se produce en Sardinata, Salazar, Cúcuta y Zulia, todos municipios de Norte de Santander, y que está represado por el cierre fronterizo.
"Por encima de los intereses políticos, tengamos un interés superior para que los niños puedan estudiar", pidió Colombia
El conflicto fronterizo se inició luego un ataque de presuntos contrabandistas colombianos contra militares venezolanos, tras lo cual Maduro ordenó el cierre de una parte de la frontera con Colombia y decretó el estado de excepción.
Ante esa situación, Venezuela comenzó a deportar masivamente a colombianos, lo cual generó la separación de familias enteras –muchas compuestas por matrimonios entre personas de ambas nacionalidades- y que cientos de chicos se quedaran sin sus padres.