Juan Manuel Santos se dirigió a la Nación en cadena nacional y recordó que desde el 7 de agosto de 2010 (cuando recompuso las relaciones con el entonces presidente Hugo Chávez) anunció que se iban a privilegiar el diálogo sobre la confrontación, la paz sobre la guerra, el respeto por las diferencias sobre la intolerancia, y el respeto por los derechos humanos.
"Hemos respetado esas diferencias, pero una cosa es eso y otra, muy diferente, que el país vecino viole los derechos humanos de sus ciudadanos y –lo que es más grave para nosotros– los derechos de nuestros compatriotas que viven en su suelo", afirmó visiblemente enojado el mandatario.
Y reveló que el Fiscal General de la "está considerando seriamente presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra miembros de la cúpula civil y militar del Gobierno venezolano que podrían ser responsables por crímenes de lesa humanidad consagrados en el Estatuto de Roma".
Aseguró que Venezuela si puede cerrar sus fronteras pero recordó que "hay reglas internacionales, Las deportaciones no pueden ser discriminatorias por razones de nacionalidad. Las deportaciones no pueden ser masivas ni arbitrarias. Deben ser individuales previa la garantía de un debido proceso y la posibilidad de interponer recursos ante las autoridades".
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Y agregó: "No pueden afectar los derechos de los menores, ni separar familias. Y tampoco puede darse un trato indigno o inhumano a los deportados. Queda claro que ninguno de estos requisitos se ha cumplido en las recientes deportaciones de colombianos por parte de Venezuela".
La frontera colombo-venezolana está cerrado desde el 19 de agosto por orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro, como parte de una campaña contra el contrabando y supuestos paramilitares, que incluyó la declaración del estado de excepción en seis municipios y la deportación de más de mil colombianos.
Según el informe que las entidades la ONU entregaron al concluir su visita, al menos 10.000 personas han retornado a Colombia por miedo en los últimos trece días, en tanto que "otras 1.100 han sido deportadas".
Entre Colombia y Venezuela permanecen cerrados actualmente cerca de 160 kilómetros de límite fronterizo de los 2.219 kilómetros totales entre ambas naciones.
"Al igual que en los guetos nazis, se han marcado las casas de las familias con una "D", para luego demolerlas. Cuando se conoció esta infamia, la pregunta universal fue: ¡Dónde estaba el mundo cuando ocurrió todo esto! Pues bien, hoy –guardadas proporciones– la pregunta que nos hacemos es: ¡Dónde está la región!", se enojó Santos.
El tono de voz del mandatario fue aumentando con el correr del discurso. En un momento, la palabras se transformaron en exclamaciones: "¡Quién puede culpar a una pobre anciana deportada de la tremenda escasez de productos básicos que sufre el pueblo venezolano! ¡Quién puede culpar a los niños que están siendo expulsados de la altísima tasa de cambio o la inflación que se ha disparado allá! ¡Y quién puede siquiera considerar que desde Bogotá, "con la anuencia y la vista gorda" de mi gobierno, se planee atentar contra la vida del presidente Maduro! No. ¡Mil veces no!".