Dos meses después de la legalización del matrimonio para personas del mismo sexo, Kim Davis rechazó en reiteradas oportunidades a parejas que querían contraer un vínculo legal. De hecho, cuatro parejas denunciaron a la empleada pública de Kentucky por su negativa.
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La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos era la última posibilidad legal que tenía Davis para continuar con su decisión, basada en creencias religiosas. Su abogado aseguró que ella estuvo toda la noche rezando.
"Va a tener que presentarse a trabajar y afrontar esta situación", reconoció Mat Staver, uno de los abogados de la firma que representa a Davis.
Dos parejas homosexuales y otro par heterosexual le habían dicho que ella debía entregarles la licencia de matrimonio a pesar de su creencia religiosa, ya que era una empleada pública.
Por su parte, los letrados que patrocinan a las parejas que fueron rechazadas confirmaron que podrían denunciarla, con multas y hasta penas de 1 año de prisión, si continúa con su negativa.