Más de 80.000 estudiantes marcharon por las calles de Santiago de Chile para rechazar lo que consideran "improvisación" del Gobierno por los reiterados cambios al proyecto sobre gratuidad en la educación superior, uno de los pilares del programa de la presidente Michelle Bachelet.
"La propuesta sobre gratuidad ya lleva unos siete cambios, que han ido ajustando la gratuidad a las instituciones que ya existen y no impulsando la transformación de las mismas, que era lo que se esperaba", señaló la presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Valentina Saavedra.
La dirigente no cuestionó que se aplazara el envío al Parlamento del proyecto de educación superior, pero criticó la idea que la gratuidad definida para el próximo año siga su curso, pues de ese modo el Gobierno puede tomar determinaciones sobre la reforma en la educación superior "sin haber dado una discusión de fondo".
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El programa de Bachelet hablaba en un comienzo de beneficiar al 70% de los estudiantes más vulnerables, sin embargo, en cinco meses el Gobierno ha rebajado la cuota de gratuidad al 50% de ellos, además de cambiar en múltiples ocasiones los criterios para que las universidades accedan a este beneficio.
"Esperamos que los actores de la educación puedan ser considerados como actores válidos para poder rediseñar esta reforma, porque mientras eso no exista simplemente vamos a seguir saltando de un lugar a otro con los porcentajes de la gratuidad, que son bastante mínimos", sostuvo por su parte Marta Matamala, vocera del movimiento.
La marcha, convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), es la primera del segundo semestre después de las movilizaciones que durante casi dos meses mantuvieron los estudiantes universitarios, y de la huelga de profesores que se extendió por 57 días y que paralizó a cerca de 2.500 colegios del sistema público.
"Nosotros calculamos alrededor de 80.000 personas, creemos que con el escenario adverso en el que estábamos, es una muy buena convocatoria y estamos muy contentos por ello", aseguró Saavedra.
Otro problema para Bachelet: la protesta de los camioneros
El gobierno autorizó la entrada a la capital chilena de los camiones que venían desde el sur en protesta por la violencia rural y la quema de maquinaria que azota la región de La Araucanía y sus dirigentes fueron recibidos por el ministro del Interior, Jorge Burgos.
"Lo importante es que producto del diálogo es que las vías están funcionando con absoluta normalidad. En consecuencia podemos cerrar con esa satisfacción de que el país funciona con completa normalidad", dijo Burgos en una breve rueda de prensa.
Los camioneros chilenos habían bloqueado las carreteras a lo largo del país para apoyar a sus colegas de la región de La Araucanía, que protestan contra la violencia que sufren en el sur Chile, pero no habían logrado llegar al centro de Santiago porque las autoridades se lo impidieron.
La caravana de trece camiones procedente de La Araucanía fue detenida por la Policía en la plaza de peaje de Angostura, a 55 kilómetros al sur de Santiago, en cumplimento de una circular del Gobierno, que prohibió que se acercaran a la capital.
Los transportistas cortaron el tráfico en la autopista Ruta 5 Sur, que une Santiago con las ciudades del sur de Chile, lo que provocó una gran congestión de vehículos, aunque la mediación de Carabineros logró despejar algunos carriles para aliviar la situación.
Camioneros de otras zonas del país se solidarizaron con sus compañeros y bloquearon la Ruta 68, que conecta a Santiago con Valparaíso, y otras carreteras a lo largo de Chile.
Bachelet sobre la minería: "No es tiempo de trincheras, sino de alentar la confianza"
La presidente emplazó a los empresarios de la minería a trabajar juntos para afrontar las consecuencias de la desaceleración de la economía, al tiempo que defendió la reforma laboral que impulsa el Gobierno.
"Quiero decirles que no es tiempo de trincheras, sino de alentar la confianza, debemos asumir que la sociedad ha cambiado y tenemos que responder a estándares aún más exigentes", dijo la mandataria la noche del jueves, durante la cena anual de la Sociedad Nacional de Minería, que agrupa a las principales empresas de este estratégico sector.
La mandataria subrayó el papel fundamental de la minería a lo largo de la historia del país, así como "en su proyección internacional y en el desarrollo futuro". Y a renglón seguido invitó a los empresarios a "ver más allá de las disputas pequeñas y recordar los desafíos que marcarán las próximas décadas, pero que deben comenzar a enfrentarse hoy".
"Tenemos que hacernos cargo de la coyuntura inmediata de desaceleración, porque no podemos arriesgar el bienestar de la gente, ni poner en riesgo la existencia de la empresa", concluyó.