Las cancilleres de Colombia, María Ángela Holguín, y de Venezuela, Delcy Rodríguez, conversaron hoy en Cartagena por más de cuatro horas sobre el conflicto en el límite de ambos países, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro decretara un estado de excepción por 60 días, que supuso el cierre de la frontera y la deportación de más de mil colombianos, así como el éxodo de cientos de personas, que huyeron del país con sus enseres ante el temor de ser expulsadas por las autoridades venezolanas.
Durante una conferencia de prensa tras la reunión, Holguín señaló que el problema del contrabando que acusa Maduro -quien alegó que se vendía combustible y productos básicos de forma ilegal en el mercado negro, provocando la escasez que padece Venezuela- también afecta a Colombia. La canciller concedió que la diferencia de precios entre un país y otro es un móvil para el contrabando e indicó que ambos gobierno trabajarán para buscar una solución en conjunto.
No obstante, la ministra de Relaciones Exteriores del gobierno de Juan Manuel Santos remarcó que le expresó su preocupación a la delegación venezolana por los colombianos que fueron deportados. "Vamos a acompañarlos, Santos está hoy en Cúcuta con ellos", aseguró. "Muchos colombianos viven en Venezuela y la sienten como su patria", agregó, a la vez que invitó al defensor del pueblo venezolano, Tarek William Saab, y al gobernador del fronterizo estado Táchira, José Vielma Mora, a acercarse a la frontera y prestar su ayuda a los colombianos.
"El cierre de las fronteras no es el camino para resolver este flagelo"
Holguín subrayó que espera que haya una cooperación binacional para superar el asunto y concluyó: "El cierre de las fronteras no es el camino para resolver este flagelo (del contrabando). Hay mucho movimiento legal en la frontera, hay mucha gente que necesita seguir movilizándose".
Por su parte, Delcy Rodríguez negó que el gobierno de Maduro estuviera tomando medidas que afectaran a la hermandad entre colombianos y venezolanos y responsabilizó a los medios de comunicación por supuestamente tergiversar la información sobre los ciudadanos que regresan a Colombia a través de Cúcuta, ubicada en la frontera entre ambos países. "Hay una manipulación mediática que ha mentido a Colombia y la comunidad internacional de que se ha maltratado a los colombianos. Pero Venezuela ha sido un lugar de cobijo para millones de colombianos. No podríamos maltratar a nuestros hermanos", acusó.
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El viernes entró en vigor un estado de excepción de 60 días decretado por Maduro en un sector de la frontera entre ambos países, motivado por un ataque de desconocidos la semana pasada que dejó tres militares y un civil venezolanos heridos en la ciudad de San Antonio del Táchira durante una operación anticontrabando.
Maduro achacó entonces el ataque a "paramilitares colombianos" y, tras esta acusación, se produjeron deportaciones masivas de colombianos mientras otros intentaban atravesar la frontera esta semana con camas, neveras y diversos enseres a cuestas, por miedo a perder todo de ser expulsados por las autoridades venezolanas. "Los problemas de Venezuela son hechos en Venezuela, no son hechos en Colombia o en otras partes del mundo", le espetó hoy el presidente colombiano