La norteamericana Molly Huddle levantó los brazos para celebrar su tercer puesto en los 10.000 metros femeninos del Mundial de Atletismo, pero su compatriota Emily Infeld se quedó con la medalla de bronce.
Huddle marchaba tercera por detrás de la ganadora de la carrera, que fue la keniana Vivian Cheruiyot (campeona mundial en 2011), y la etíope Gelete Burka. Pero cuando parecía que nadie iba a quitarle su sitio en el podio, apareció Infeld.
Ambas se fundieron en un abrazo al llegar a la meta, pero Molly Huddle estaba notablemente molesta, al ver que la consagración se le había escapado de las manos por confiarse en que nadie iba a apartarla del podio de la competencia.
Lo peor es que este descuido no es el único de su carrera. Es la segunda vez que Huddle peca de inocente, ya que en 2012 perdó los campeonatos estadounidenses de cross por festejar mientras Sarah Hall se quedaba con la victoria