El Gobierno británico quiere imponer penas de seis meses de cárcel para las personas que trabajen en forma ilegal, según una propuesta contenida en el proyecto de ley sobre inmigración que será presentado este otoño en el Parlamento.
El viceministro de Inmigración, James Brokenshire, dijo hoy que el Gobierno conservador seguirá combatiendo "los abusos" y dejará claro que el Reino Unido no es "blando" en materia de inmigración.
Además de esta pena, el proyecto de ley contendrá medidas contra restaurantes que empleen a trabajadores en situación irregular, como la retirada de la licencia para operar el negocio.
Los dueños de estos establecimientos, según el Gobierno, no podrán argumentar que desconocían la situación de sus empleados, pues estarán obligados a verificar que éstos tienen la documentación en regla.
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"Cualquiera que piense que el Reino Unido es blando no debería tener dudas, si usted está aquí ilegalmente, vamos a tomar medidas para impedir que trabaje, alquile un piso, abra una cuenta bancaria o conduzca un automóvil", señaló Brokenshire.
"Construiremos un sistema de inmigración que funcione para el mejor interés de la población británica"
"Vamos a seguir combatiendo los abusos y construiremos un sistema de inmigración que funcione para el mejor interés de la población británica", subrayó el viceministro en una declaración.
Tras su victoria en las elecciones generales del pasado 7 de mayo, el primer ministro británico, David Cameron, adelantó que su Gobierno tomaría medidas draconianas contra la inmigración ilegal.
Se espera que este esperado proyecto de ley sobre inmigración sea introducido en el Parlamento tras los congresos de los partidos, que se celebrarán entre septiembre y octubre.