Un festival celebra a Witold Gombrowicz, el escritor polaco más argentino

Un curioso evento literario -30 autores locales leerán durante un minuto fragmentos del creador de Ferdydurke- festejará el talento de quien Ricardo Piglia llamó con ironía el "mejor escritor nacional del siglo XX"

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Un curioso evento literario, a modo de homenaje de un inclasificable autor, tendrá lugar el próximo jueves 27 de agosto en un bar del barrio de San Telmo. Allí, con solo un minuto de reloj, tal como se anuncia, unos treinta escritores locales leerán distintos fragmentos de elección propia arrancados a la obra de Witold Gombrowicz, una de las figuras sobresalientes de la literatura polaca del siglo pasado, considerado a su vez por algunos lectores apasionados y por la crítica local como pieza fundamental de la literatura argentina. Ricardo Piglia, con cierta ironía, dijo sobre él que era el mejor escritor argentino del siglo XX.

Aunque jamás escribió en español, gravita en sus páginas la cultura de nuestro país, donde vivió una etapa importante de su vida, entre 1939 y 1963. Su larga estadía es inesperada, llega de visita en un transatlántico y enseguida es invadida Polonia, por lo que decide quedarse. La patria segunda provoca una honda impresión en el autor de Ferdydurke, que volcó en muchas de sus reflexiones de su Diario argentino, donde se hallan filosas observaciones: "Es un país al revés, donde el pillo vendedor de una revista literaria tiene más estilo que todos los colaboradores de esa revista".

El escritor polaco deja a su vez su impronta en nuestras letras, casi a la sombra de Borges, su secreto rival, que tuvo por aquel entonces su momento de consagración. Así como le gustaba presentarse con títulos de nobleza, Gombrowicz pasa casi inadvertido durante los primeros años en el país, viviendo en pensiones y atado a una rutina diaria en el Banco Polaco.

Las reuniones del círculo intelectual porteño lo aburren demasiado, en cambio deambula fascinado por los bajos fondos de Retiro, donde se halla con la juventud, su objeto más preciado. Es en ella que encuentra refugio y donde comienza a ejercer un nuevo tipo de influencia sobre los jóvenes escritores, como Jorge Di Paola. Su Diario argentino describe un encuentro en Santiago del Estero con Santucho, comandante del ERP, donde se muestra este contraste entre la juventud y "la Argentina parlanchina" y politiquera. La fraseología del guerrillero distrae de la conversación a Gombrowicz, que pone su atención en una mesa próxima donde un "chango" y su muchacha le sugieren la belleza de ese pueblo

Sus limitaciones para hablar español lo llevan sin embargo a construir una filosofía de la inmadurez que ya había comenzado con Ferdydurke. Se trata en la escritura, como lo explicó Ernesto Sábato, de tomar conciencia de la fuerza de lo inacabado y lo que carece de forma frente a "un mundo de formas fosilizadas" y una lengua rígida. Dice Gombrowicz: "El arte me habla casi siempre con más elocuencia cuando se manifiesta de un modo imperfecto, casual y fragmentario, como si sólo me señalara su presencia, permitiéndome intuirlo tras la torpeza de una interpretación. Prefiero al Chopin que me llega desde lo alto de una ventana al Chopin perfectamente ornamentado de una sala de conciertos".

El evento que celebrará su singular obra lleva como consigna, justamente, "echemos a Gombrowicz a la calle". Además de las lecturas por escritores como Guillermo Martínez, Martín Kohan, Esther Cross, el dramaturgo Jorge Dubatti y jóvenes como Ariel Pukacz y Nicolás Hochman -quien lo organiza-, habrá una muestra con 40 ilustraciones sobre el autor polaco, ya publicadas en el libro Esto no es una nariz. Witold Gombrowicz según 40 ilustradores, donde participaron, entre otros, Pablo Bernasconi, Javier Basile y Gabriela Thiery.

Dónde. El Bardo, Bar Cultural, Cochabamba 743, San Telmo. Jueves 27 de agosto, 20hs. Entrada libre y gratuita.

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