La Bolsa de Shanghái se hundió nuevamente este viernes con una pérdida del 4,27%, en un mercado golpeado por los malos datos de la actividad industrial que confirman la debilidad actual de la economía china.
El índice compuesto de Shanghái perdió 156,55 puntos, hasta quedar en 3.507,74. La plaza shanghainesa, que acumula varias sesiones en rojo, se desplomó un 11,5% en la semana. A su vez, la Bolsa de Shenzhen, la segunda en importancia de China, perdió el 5,39%, quedando en 2.039,40 unidades.
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Asimismo, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó debajo de la marca de 20.000 puntos por cuarto día consecutivo el viernes, al mínimo en tres meses y medio, por el surgimiento de nuevas señales de desaceleración de la economía china.
El Nikkei se hundió un 3% a 19.435,83 unidades, su menor nivel desde el 8 de mayo, para reflejar una caída semanal del 5,3%, el mayor declive en una semana desde abril de 2014.
Estas caídas repercutieron en forma negativa en las principales bolsas europeas y también en las estadounidenses. El índice CAC-40 de París cayó un 3,19%, quedando en los 4.630,99 puntos; el Ibex 35 de Madrid perdió 2,98% y el DAX 30 de Frankfurt sufrió un fuerte descenso del 2,95 por ciento. Mientras que el Footsie 100 de Londres y la Bolsa de Milán recortaron sus utilidades un 2,83% cada una.
El índice Dow Jones cayó el viernes a su nivel más bajo del año en Wall Street al perder más de 3% a causa de los temores por la economía mundial.
El Dow Jones Industrial Average sufrió su peor baja en una sola sesión en cuatro años al ceder 3,11%; lo cual significa 528 puntos que lo dejaron en 16.462,69, según datos provisorios. El índice tecnológico Nasdaq perdió todavía más: 3,52%; o sea 171,45 puntos, para cerrar en 4.706,04.
Los temores sobre la economía china se intensificaron cuando un sondeo mostró que las condiciones de negocios en la industria de China se contrajeron al ritmo más veloz desde el peor momento de la crisis financiera global de 2009.
El índice de mercado japonés Topix, que es más amplio, disminuyó un 3,1% para cerrar en 1.573,01 puntos, acumulando una baja del 5,5% en la semana.
Promesa insuficiente
Las autoridades de Pekín prometieron la semana pasada que seguirían interviniendo "durante años" para estabilizar los mercados, pero esto no bastó para convencer a los inversores (la mayoría particulares y pequeños ahorristas).
La publicación de indicadores económicos decepcionantes y débiles se suceden, y la reciente e inesperada devaluación del yuan -considerada un esfuerzo desesperado de China para relanzar las exportaciones y la actividad- han agravado la preocupación.
Además, durante la mañana de este viernes, la publicación por parte del grupo mediático Caixin de un índice PMI de referencia sobre la actividad manufacturera del gigante asiático fortaleció aún más la desconfianza general.
El índice PMI provisional de responsables de compras, calculado por la firma financiera Markit, se estableció en 47,1 en agosto, contra 47,8 en julio. Éste es el nivel más bajo en casi seis años y medio.
Antes de hundirse en junio, la Bolsa de Shanghái había
por el endeudamiento a gran escala y de forma totalmente desconectada de la realidad de la economía china en plena
lo que hace temer nuevos correctivos en el futuro.