La marcha oficialista fue casi cinco veces menor que la protesta contra Dilma Rousseff

Unas 190.000 personas manifestaron su apoyo al gobierno en 39 ciudades de todo el país, según los organizadores. Pero casi un millón de brasileños se habían movilizado el fin de semana contra la corrupción

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La izquierda en Brasil realizó el jueves manifestaciones en favor del gobierno en casi 40 ciudades, aunque la participación fue mucho menor que en las masivas protestas que el fin de semana pidieron la partida del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

Los actos convocados por el gobernante Partido de los Trabajadores y movimientos sociales fueron un contraataque a las protestas que el domingo convocaron a casi un millón de personas para pedir el 'impeachment' (juicio político) de Rousseff en el Congreso brasileño.

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Rousseff lucha por su supervivencia política: su popularidad se ha derribado a un dígito a poco de iniciar su segundo mandato, en medio de un crecimiento débil o nulo, una inflación de casi 10% que duplica la meta oficial y un megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras que salpica a su partido.

"Queremos continuar con la democracia. ¡No al golpe, no al fascismo!", dijo el poeta Jorge Salomao, de 68 años, en la protesta de apoyo al PT en Rio de Janeiro.

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Según los organizadores, unas 190.000 personas manifestaron su apoyo al gobierno en 39 ciudades de todo el país.

Un balance parcial de la policía, que no incluyó a Rio de Janeiro, estimó los asistentes en 73.000, de los cuales 40.000 en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña.

"No puedo apoyar el impeachment, pero por otro lado tengo que estar contra la austeridad, eso no es la izquierda"

El domingo pasado, según estimaciones conservadoras, casi un millón de personas salieron a las calles de Brasil para protestar contra Rousseff por tercera vez en seis meses.

La presidenta no solo enfrenta oposición de la derecha sino dentro de su propio partido, parte del cual está desilusionado por las medidas de austeridad adoptadas en este segundo mandato para intentar reactivar la alicaída economía.

Rousseff y su partido aseguran que los intentos por sacarla del poder, si se concretan, equivaldrían a un golpe de Estado.

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No pocos manifestantes pidieron de hecho el retorno de las fuerzas armadas al poder en las protestas contra el gobierno del fin de semana.

"Estamos en una posición muy difícil", dijo Luis Felipe Marques, un fotógrafo de 26 años que se manifestó más temprano en Rio, en un acto del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) que criticó las políticas económicas de Rousseff, pero defiende su permanencia en el gobierno.

"Es realmente complicado. No puedo apoyar el impeachment, pero por otro lado tengo que estar contra la austeridad, porque eso no es la izquierda", añadió.

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