El Gobierno chino inició una purga de supuestos responsables de la tragedia ocurrida el pasado día 12 en una terminal de contenedores del puerto de Tianjin, en el norte del país, tanto en la compañía propietaria del almacén como en la Administración.
Sin que aún haya sido revelado oficialmente qué provocó las dos deflagraciones, que han dejado 114 muertos y 57 desaparecidos, las autoridades chinas han decidido empezar a señalar a posibles culpables.
Lo primero en salir a la luz hoy fue que una decena de directivos de la compañía propietaria del almacén, Ruihai International Logistics, se encuentran bajo custodia policial, entre ellos el presidente, Yu Xuewei, y el vicepresidente, Li Liang, según el Diario de Tianjin.
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No obstante, el organigrama de la compañía es controvertido, ya que, según la prestigiosa revista financiera Caijing, el que la "controla realmente" es Dong Mengmeng, hijo del ex director de la Oficina de Seguridad Pública del Puerto de Tianjin.
Además, la empresa operó durante meses sin la documentación necesaria para manejar productos químicos peligrosos, como es el caso del cianuro de sodio que almacenaban los contenedores, según reveló hoy la agencia oficial Xinhua.
El escándalo también salpicó a las autoridades locales: el Diario del Pueblo, portavoz del Partido Comunista (PCCh), informó hoy que varios funcionarios de medio rango de Binhai, el distrito portuario de Tianjin, están siendo investigados por sospechas de que aceptaron sobornos.
Pero el anuncio más inesperado vino después, cuando el Gobierno chino reveló que ha iniciado una investigación contra el responsable de Seguridad Laboral del país, Yang Dongliang, por "serias violaciones de disciplina", eufemismo oficial para referirse a la corrupción, sin vincularlo directamente con lo sucedido en Tianjin.
Fue precisamente en esa ciudad en la que Yang vio dispararse su carrera profesional en las pasadas décadas, desde su inicio en una compañía de productos químicos en 1994 hasta su etapa como el máximo jefe del PCCh en la urbe portuaria entre 2007 y 2012, que combinaba con su cargo de teniente de alcalde.
Yang había participado hasta el lunes en reuniones del Consejo de Estado (Gobierno) para dirigir las tareas de rescate y la investigación del desastre, informó ayer Xinhua, y también estuvo presente en el lugar de los hechos.
El Consejo de Estado anunció que ha establecido un equipo, encabezado por el viceministro de Seguridad Pública, Yang Huanning, para determinar responsabilidades y definir "la gravedad y naturaleza del accidente", y que "castigará severamente a los responsables".
También el Tribunal Supremo anunció el domingo la puesta en marcha de una investigación para averiguar si hubo negligencias.
El Tribunal Supremo puso en marcha una investigación
Ambos anuncios, así como las detenciones, se producen entre el clamor de la sociedad china y de los familiares de las víctimas para saber lo ocurrido, en un país con gran desconfianza hacia la gestión estatal de las catástrofes tras experiencias como la del terremoto de Sichuan (2008) o el desastre del "tren bala" de Wenzhou (2011).
En ambos casos, la gestión del Gobierno chino fue muy criticada y, en particular en el segundo, la población llegó a pensar que estaba ocultando la verdadera cifra de fallecidos.
Años más tarde, se destapó una extensa red de corrupción en el sector ferroviario que acabó con la condena a muerte en 2013 del ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun.
No sería la primera vez, por lo tanto, que el Gobierno busca un chivo expiatorio de peso en medio de fuertes presiones sociales para saber qué ocurrió en la terminal y de temores a una catástrofe medioambiental en uno de los puertos más activos de China.
El Ministerio de Seguridad Pública confirmó que la terminal contenía al menos 3.000 toneladas de unos 40 productos químicos peligrosos, entre ellas 800 toneladas de nitrato de amonio, 700 toneladas de cianuro de sodio y 500 toneladas de nitrato de potasio.
La terminal contenía al menos 3.000 toneladas de unos 40 productos químicos
Hasta ahora, según las autoridades locales, los especialistas han podido limpiar en el área afectada entre 150 y 160 toneladas de cianuro de sodio.
Los químicos han contaminado "decenas de miles de toneladas" de agua en el cráter creado por las explosiones en el almacén, y miles de toneladas de agua en el puerto, situación que puede empeorar debido al pronóstico de lluvias para los próximos días.