Las inundaciones en la provincia de Buenos Aires desataron el debate: ¿se pudo haber previsto? ¿Fue el fenómeno climático de El Niño el que causó el desborde de ríos y arroyos o fue la falta de obras?
Para Patricia Pintos, geógrafa del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata, en la cuenca de río Luján "poco o nada se ha hecho" desde la última inundación, el año pasado, para evitar que el fenómeno tenga la magnitud que hoy tiene.
"La inundación sobreviene a otra casi inmediatamente. A ese factor climático hay que darle todo el crédito que merece, hay que sumarle una serie de factores de índole atrópica, fundamentalmente en la cuenca alta, los municipios de Mercedes y Suipacha", explicó Pintos, y señaló "el aporte de agua proveniente de las canalizaciones clandestinas" que "ha ocupado y transformado de manera definitiva unas 9.200 hectáreas de humedales por parte de unas 65 urbanizaciones cerradas que procuran aproximarse al cauce principal del río Luján para generar una oferta residencial".
Para la especialista, en términos generales la legislación para regular las urbanizaciones "es clara, existe, no se necesita más", pero no se aplica. "Lo que sucede es que en estos últimos 15 años los municipios han sido muy proclives a flexibilizar la aplicación de las normas".
Además, "los datos muestran que hay una subejecución muy importante del presupuesto asignado a obras hidráulicas en la cuenca del Luján en el 2014", que "tal vez no se hubiera resuelto el problema" pero hubiese tenido otro impacto. En cualquier caso, admitió que "hay un atraso histórico en materia de obras hidráulicas", producto del relajamiento por parte de las autoridades de los tiempos en que se concretan las obras.