Un surcoreano de 80 años estaba inconsciente y bajo respiración artificial luego de prenderse fuego durante un acto de protesta contra Japón en Seúl el miércoles, informaron las autoridades del hospital.
El acto frente a la embajada japonesa, al que asistieron cientos de personas, se realizó unos días antes del 70 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial que liberó a la península coreana del dominio colonial japonés.
Kim Sun-min, uno de varias personas que acudieron a sofocar las llamas, dijo que no había advertido la presencia del hombre, identificado por la policía como Choi Yeon-yeol, antes de que se prendiera fuego sobre un cantero de flores. En el lugar se hallaron bolas de algodón y un frasco de vidrio con olor a gasolina. El acto continuó después del traslado de Choi al hospital.
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Choi sufrió quemaduras de tercer grado en la cara, el cuello, el torso y los brazos, y se encontraba en un respirador artificial debido al deterioro de sus pulmones, dijo un funcionario del Hospital Sagrado Corazón que habló bajo la condición reglamentaria de anonimato.
Los motivos de Choi no estaban claros. Una declaración de cinco páginas hallada en su bolso, aparentemente escrita por él, condenaba a Japón por sus posiciones relacionadas con el régimen colonial en Corea y su conducta durante la guerra, según el funcionario policial Seo Hyeon-su.
Desde 1992, se realizan protestas todas las semanas frente a la embajada japonesa para exigir justicia para las mujeres surcoreanas sometidas a la esclavitud sexual por el ejército japonés de ocupación, y en general los actos son pacíficos. La asistencia el miércoles fue superior a lo habitual dada la inminencia del aniversario.
Muchos surcoreanos sienten un profundo rencor hacia Japón debido al régimen colonial. Cientos de miles de coreanos fueron obligados a combatir en el frente o sometidos al trabajo esclavo, y las mujeres forzadas a la prostitución en burdeles regentados por las fuerzas armadas japonesas.
Esos sentimientos se han fortalecido últimamente ante la sensación de muchos surcoreanos de que Japón trata de minimizar su conducta durante la guerra y el hecho de que Tokio reclama unas islas ocupadas por Corea del Sur.
A veces se registran actos de violencia y enfrentamientos con la policía. Manifestantes se han amputado sus dedos o han arrojado excrementos a la embajada.