Ni boinas blancas ni "adelante, radicales". Por primera vez desde el regreso de la democracia, la UCR no tendrá representantes en las elecciones presidenciales, luego de que Ernesto Sanz quedara eliminado en las primarias del frente Cambiemos este domingo.
Aunque todas las encuestas eran claras, el actual presidente del partido se ilusionaba con la posibilidad de despertar al "votante radical dormido" de todo el país para conseguir imponerse a Mauricio Macri y Elisa Carrió en la interna de Cambiemos. Pero nada de eso sucedió: Sanz obtuvo apenas 3,45 por ciento, el segundo peor resultado radical desde el regreso de la democracia.
Siempre, de una forma u otra, el radicalismo estuvo presente en los binomios presidenciales desde 1983. Incluso, en casi todas las ocasiones tuvo un candidato propio. En 1983, fue Raúl Alfonsín (1° con 51,75%); en 1989, Eduardo Angeloz (2° con 32,45%); en 1995, Horacio Massaccesi (3° con 16,99%); en 1999, Fernando de la Rúa (1° con 48,37%); en 2001, Leopoldo Moreau (6° con 2,34%) y en 2011, Ricardo Alfonsín (3° con 11,14%).
En 2007, la UCR llevó a Lavagna como candidato, pero el radical Gerardo Morales fue su compañero de fórmula
La excepción fue 2007, cuando el partido aceptó ser conducido por Roberto Lavagna para enfrentarse al binomio Cristina Kirchner-Julio Cobos. Pero incluso en esa ocasión hubo un dirigente de la UCR en la fórmula, ya que Gerardo Morales fue escogido como compañero en la concertación Una Nación Avanzada.
En las elecciones de este 25 de octubre nada de eso sucederá: no habrá boinas blancas como candidatos a presidente ni vice, ya que Mauricio Macri estará acompañado por Gabriela Michetti. Lo más cercano al paladar radical tal vez sea Margarita Stolbizer, aunque la postulante de Progresistas dejó el partido en 2007.
¿Conseguirá Macri absorber ese 3,45% de Sanz? ¿O el votante radical se inclinará por otras alternativas? Quedan 75 días para averiguarlo.