Jueves. La lluvia todavía era intensa. En todos lados sólo se hablaba de la consagración de River en la Copa Libertadores. Faltaban diez minutos para el horario pautado cuando el candidato bajó de una camioneta negra escoltado por su asistente de prensa, Mariano Raimondi, y el jefe de la campaña, Jorge Telerman.
Dentro de un bar de Palermo lo esperaba el equipo de Infobae del ciclo Café Político. "Gobernador, le trajimos pastafrola", anticipó la mesa para distender el encuentro. El invitado agradeció que lo hayan esperado con una de sus comidas favoritas y pidió que lo ayuden a abrir uno de los paquetitos que contenían las porciones de la tradicional tarta con dulce de membrillo. "Está muy buena, pero a esta hora ya estoy para almorzar", dijo después de animarse a varios bocados. Nunca se enteró que la preparación había sido amasada por la mamá de uno de los periodistas.
"¿Cuánto dura esto?", preguntó Daniel Scioli antes de que se encendieran las cámaras. "Vamos viendo", le contestaron con el objetivo de extender al máximo la paciencia del candidato. Es el último día de campaña y la agenda está cargada.
-¿Por qué quiere ser Presidente?
Porque estoy convencido de llevar adelante la gran agenda de desarrollo nacional. Estoy con la experiencia y la preparación que me dio la vida, en el deporte, en la empresa y en los años intensos de mi carrera política.
-Mauricio Macri prometió retenciones cero para el campo. ¿Cuál es su idea para el sector?
Lo mío es de mayor responsabilidad. Por el hecho de estar en medio de una campaña, no voy a estar diciendo una cosa o la otra para ganar un voto más. Lo mío es la coherencia y la previsibilidad. Acá no hay soluciones mágicas, hay que buscar un equilibrio integral del Estado.
¿Eso quiere decir dejar todo como está? ¡No! Lo he dicho una y mil veces. Vamos a trabajar con los pequeños y medianos productores, con las economías regionales, con cada uno de los cultivos. Nadie se va a quedar sin sembrar, nadie se va a quedar sin producir por falta de rentabilidad. Para algunos las herramientas serán compensaciones, para otros será mejorar los costos logísticos, para otros el acceso al crédito a tasas bajas... No hay una solución única.
-¿En un eventual gobierno suyo van a cambiar las formas en comparación con la gestión actual?
Siempre yo le he dado mi impronta. He buscado descomprimir conflictos, acercar posiciones, buscar puntos de encuentro... Ahora: eso no quita que haya luchado con toda firmeza cuando tuve que encarar reformas en la provincia o dar de baja empresas que no cumplieron con los pliegos de la concesión.
Las prioridades de Néstor y Cristina fueron la recuperación. Estabilizar el país económicamente. Ahora llegó el momento de pensar en cómo nos ponemos de acuerdo en cuestiones clave y para eso vamos a tener que obviamente hablar cada vez más y buscar consensos. Lo voy a intentar.
-¿Usted tiene un estilo más parecido al de Néstor o al de Cristina?
Tengo mi propia personalidad y mi propio estilo. Eso es bueno porque se nutre la diversidad, lo que pueda aportar cada uno. Como mi candidato a vicepresidente. Como toda la gente que forma parte de este espacio. Ahora no por eso no coincidimos en las ideas centrales. Esa es la gran diferencia. Los demás espacios políticos se arman para la elección; un día están juntos y al otro día están separados.
Yo le quiero dar tranquilidad a la gente. Estamos yendo a votar con una Argentina en crecimiento, con una Argentina desendeudada, con un país bajando el desempleo y gradualmente bajando la inflación. Eso es lo que hace falta: gradualidad.
Hay dirigentes que hablan de levantar el cepo de un día para el otro. El camino es generar más inversiones en el sector energético para que necesitemos menos dólares, podamos volcar cada vez más recursos al aparato productivo y el giro de utilidades de las empresas.
-Usted conoce desde hace muchos años a Macri. ¿Cree que cambió de opinión o está buscando ganar votos con este giro discursivo?
Como percibió que íbamos a votar en un momento donde la gente no quiere volver atrás con YPF, no quiere volver atrás con estos avances que hemos tenido, se dio cuenta que iba a perder competitividad electoral y reacomodó su discurso. Esto no es un ataque: es discutir de política. Si la gente quiere estas políticas, que vote al original, no a los que ahora cambiaron de idea.
-¿Entonces es por conveniencia?
(No contestó, asintió con la cabeza)
-Macri nos dijo que se conforma con una diferencia menor a los diez puntos. ¿Usted qué espera para el domingo?
Yo me conformo con salir primero. ¿Está bien?
-¿Por medio voto?
Con salir primero. Yo me conformo con eso. Después empezamos a transitar otro camino. Yo convoco a la gente: si quiere una vida mejor, que vaya a votar el próximo domingo en favor del trabajo argentino, la industria nacional y estas políticas que ya nadie discute. Es evidente que la gente no quiere un cambio total, renueva las expectativas sobre lo que viene.
-¿Cree que la denuncia contra Aníbal Fernández puede impactar en su candidatura presidencial?Como no se ha logrado hacer pie con propuestas superadoras, se busca sembrar un escenario de bronca. Con todo lo que se fue conociendo con el correr de las horas, evidentemente saca sus propias conclusiones. Salvando las distancias, esto está en el marco de lo que pasó a principios de año.
-¿La muerte de Nisman?
Salvando las distancias, dije. ¿Qué quise decir? En ese momento se trabajó con una denuncia que después quedó desmoronada en distintas instancias judiciales. Hablaban nada más y nada menos de un encubrimiento de la Presidenta. Ahora se trabaja con una hipótesis también con las características que todos conocemos. La gente va a sacar sus conclusiones y mi visión es que hay que darle mucha esperanza y tranquilidad. Cuando a uno le quieren transmitir bronca, yo les digo que vayan a votar con esperanza.
-¿Usted cree que el Grupo Clarín busca desestabilizar?
Yo no voy a dar nombres propios. Hablo en general de acciones. Esto no fue un hecho aislado. Hubo otros casos. Se articula una combinación entre la política, la Justicia y los medios. Pero acá lo importante es la gente. Yo confío en la gente. Y conmigo tienen la tranquilidad de la responsabilidad de saber qué quiere la gente y qué no quiere. Y lo que haya que sostener y lo que haya que cambiar. No tengan dudas de que voy a ejercer en plenitud las facultades institucionales cuando sea presidente.
-Entonces es como dice el peronismo: el que gana conduce
El que gana ejerce las facultades institucionales. La palabra conducción es muy amplia. Esta es la otra diferencia con otros espacios políticos. Acá hay un trabajo en equipo, un proyecto colectivo. No son ráfagas de individualismos.
-Usted reivindicó su relación personal con Menem en un acto...
(Interrumpe sin que termine la pregunta) No, agarren las palabras exactas. Yo dije que nos enfrentamos en el 2003 porque teníamos una visión distinta del país, pero no por eso dejo de tener un cariño, un respeto.
-¿Y cómo recuerda el gobierno de Menem? ¿Fue bueno, malo?
Ponerme ahora a analizar 20 años para atrás...Creo que no hay que enamorarse de los instrumentos que en un momento determinado pueden ser útiles y después generaron una implosión en el aparato productivo. La convertibilidad, por ejemplo; la apertura ingenua. Hay que tener una visión de las distintas etapas de la democracia y sacar de cada período un aprendizaje para no repetir errores.
-¿Se siente más identificado con Néstor Kirchner o Carlos Menem?
Con Carlos en su momento fui legislador. Kirchner me dio las más altas responsabilidades. Fui su vicepresidente, vicepresidente del partido, dos veces gobernador... Es objetivamente así. Yo tengo relación con todos los referentes del peronismo. Con Duhalde, con Rodríguez Sáa, que me dio la posibilidad de integrar su gobierno...
-¿Con De la Sota y Massa también?
Sí... Con Schiaretti tengo buen diálogo. La esencia de la política es hablar, tomarse un feca y ponernos de acuerdo. Es lo que vamos a tener que hacer en la Argentina por la característica de la agenda que tenemos. No es que en estos años no se ha hablado. Todo lo contrario. Se habló fijando prioridades. Se puso el foco en generar condiciones para que en el país hoy estemos hablando del desarrollo nacional. Vos no podías hablar de desarrollo con un 60% de pobreza y 30% de desocupados.
-Usted dijo que va a presentar su declaración jurada después de las Paso. ¿Por qué tardó tanto?
Están presentadas de acuerdo a las leyes de la Provincia. Dicen que no las presenté. ¡Es mentira! Está todo presentado ante la AFIP, ante ARBA, y siempre he expresado cuál es mi patrimonio, que tiene que ver con mi historia deportiva, con mi historia en el Abasto... Cuando me mudé a La Ñata vendí lo que tenía en Abasto y lo invertí allá. Todos saben que yo tengo una vida hecha antes de la política.
-¿Le molesta que le digan que La Cámpora lo va a condicionar?
Es lo mismo que decían cuando fui a la Gobernación. Son los mismos que decían que no me iban a dar la boleta, que no querían que yo fuera candidato... Que me subestimen a esta altura del partido, que algunos piensen que llegué hasta acá de casualidad o de suerte porque me lo regalaron... Yo llegué acá porque tengo esa experiencia y esa personalidad para buscar generar las condiciones de integrar la mayor cantidad de sectores.
-¿Qué siente cuando Carrió dice que lo van a matar o lo trata de "imbécil"?
El padre de la democracia, Alfonsín, me enseñó que nunca hay que discutir en términos de agravios personales. Yo tengo la serenidad y la tranquilidad de hablar de los temas que a la gente le interesan. En la campaña vale todo, pueden decir cualquier cosa. Pero hay una novedad: el 10 de agosto la Argentina sigue normalmente. Hay que seguir trabajando. Ellos son un equipo donde evidentemente tienen distintos roles.
-¿Pero usted teme por su vida?
Estoy en manos del destino, de lo que Dios disponga, y fundamentalmente de la voluntad de la gente. Eso está en la lógica de meterle miedo a la gente. "No voten a este que lo van a matar". La gente va a ir a votar con más ganas.
-¿Cómo es su relación con Macri?
Nos conocemos hace 30 años, de la vida. Cuando fue su secuestro yo me acerqué a él porque mi familia había vivido un episodio parecido. Nuestras mujeres se conocen de chicas. Nunca van a ver una cuestión de índole personal; al contrario. Se mantiene esa corriente de afecto y respeto desde lo personal. Pero acá estamos hablando de política.
-¿Ahora tienen diálogo?
No. Él tiene una visión de la Argentina y yo tengo otra. Él tiene algunas prioridades, y yo tengo otras. Él quiere encarar una agenda a futuro y quiere salir corriendo para volver al mercado y que resuelva todo, yo creo que el Estado tiene que continuar con un rol activo.
-¿Se imagina trabajando con Macri en una eventual Presidencia?
Me imagino integrando las mayores voluntades argentinas detrás de cosas lógicas. Como dice el Papa: la cultura del encuentro. Yo no quiero hablar en términos personales. Hablo en términos políticos. No creo que a él le falte trabajo. No puedo estar ofreciéndole trabajo a tres días de las PASO porque sería faltarle el respeto y no lo voy a hacer. No lo veo con una actitud de indiferencia o negativa.
-Usted en su equipo de fútbol es el goleador. ¿Qué posición en la cancha cree que va a tener Zannini?
En Futsal la característica es que nos vamos complementando y vamos jugando de acuerdo a cómo se va dando el partido. No hay defensores, goleadores...La cancha es chica. Zannini es un hombre de una gran experiencia profesional y de gran capacidad intelectual. Es un hombre conocedor del Estado como pocos.
-¿Es el Riquelme de su equipo?
Tengo confianza de que me va a ayudar a hacer las cosas bien.
-¿Lo sorprendió Zannini en el día a día? Ahora están más cerca.
Me sorprendió favorablemente por su capacidad, conocimiento y experiencia. La verdad es que para mí es una satisfacción tener al lado a la persona que trabaja hace 32 años con Néstor y Cristina y redactó las principales leyes de este gobierno. Como todo vínculo: el tiempo es un ordenador.
Fueron casi 25 minutos de charla. El entrevistado tomó café con edulcorante y luego pidió agua mineral. Cordial y sonriente, aceptó fotos con dos chicas que estaban en el lugar e intercambió un saludo afectuoso con el titular de la Anses, Diego Bossio. "Gracias por todo lo que estás haciendo", le dijo. Se fue del bar con un cuadro que le regalaron bajo el brazo. Una vez que se cerró la puerta, dentro del local el tema de conversación volvió a ser el mismo: el fútbol le ganó una vez más a la política.
El look del candidato:
Marcos Quintans (
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Juan Graña (@
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Federico Mayol (@
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Leonardo Tagliabúe (@
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Juan Robledo