Los diarios locales reportaron incidentes en el supermercado mayorista Makro de la ciudad de valencia, en el estado de Carabobo. Según Noticias al Día de Venezuela, la violencia se desató por la mañana, cuando una multitud ingresó al mercado y comenzó a saquear los anaqueles.
El periodista de El Carabobeño Andrews Abreu denunció haber sido agredido por un agente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quien le decomisó su cámara fotográfica. "Funcionario de la PNB me golpeó con un bastón extensivo en la pierna y me quitaron la cámara", escribió en su cuenta de Twitter y agregó: "Me hizo borrar las fotos y me regresó la cámara. Identificado como prensa, igual arremetió contra mi persona".
El viernes pasado, una situación similar se registró en San Félix, estado de Bolívar, cuando habitantes del lugar saquearon el establecimiento Uniferia e intentaron hacer lo mismo en algunas tiendas aledañas. En medio de la confusión y de la represión de la Guardia Nacional, Gustavo Patiñez, de 21 años, recibió un disparo en el pecho y murió. Las imágenes rápidamente se multiplicaron por las redes sociales. En las fotos se ve cómo se desangra en plena calle, sin recibir atención.
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La economía de Venezuela mes a mes registra índices cada vez más alarmantes. Si bien el régimen de Nicolás Maduro insiste en negar la realidad, el país está sumido en una profunda crisis de desabastecimiento. El economista Ángel García Banchs, director de la firma Econométrica, indicó que la economía venezolana está cerca de agotar completamente su inventario de productos.
En su último informe, el banco de inversión JP Morgan alerta de que "la inflación y la escasez se han convertido en un asunto extremo". Asegura que a pesar de que el precio promedio del crudo venezolano finalizó en 90 dólares en 2014, la balanza de pagos, que registra los ingresos y egresos, ya estaba bajo presión porque el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) sufrió una fuerte contracción.
El influyente banco calcula que la caída de la economía en 2014 fue del 4%, una cifra que tiene una seria consecuencia en la baja de la demanda doméstica, es decir, el poder de compra del ciudadano venezolano.