El papa Francisco hizo el domingo un llamado por la liberación de un sacerdote jesuita italiano y dos obispos ortodoxos secuestrados en Siria hace dos años, pidiendo a las autoridades que trabajen por el
regreso a casa de todos los cautivos.
El padre Paolo Dall'Oglio, un sacerdote jesuita que trabajaba en Siria desde hace más de 30 años y que apoyó el levantamiento contra el presidente Bashar al-Assad, desapareció el 29 de julio de 2013 en la ciudad de Raqqa, convertido ahora en un bastión del grupo extremista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Dall'Oglio era conocido en Oriente Medio y Europa por su trabajo promoviendo el diálogo entre cristianos y musulmanes. Estaba restaurando un antiguo monasterio en el desierto y se había negado a abandonar el país por su propia seguridad tras el inicio de la guerra civil hace cuatro años.
Varios meses antes, dos obispos ortodoxos fueron secuestrados en una zona cercana a la frontera turca donde estaban negociando la liberación de dos sacerdotes también raptados.
El pontífice, en su mensaje semanal ante decenas de miles de personas en la plaza de San Pedro, llamó a un "compromiso renovado" de las autoridades locales e internacionales "para que estos hermanos nuestros puedan recuperar su libertad en breve".
Más de un cuarto de millón de personas han muerto desde que estalló el conflicto en Siria, y muchas han desaparecido o fueron secuestradas.
Bashar al-Assad dijo el domingo que el Ejército se había visto obligado a renunciar a algunas zonas para concentrar sus esfuerzos en defender otros lugares más importantes en su lucha contra el Estado Islámico.