"México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas. Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Se están burlando de nosotros, de nuestra estupidez. Y ahora nos están venciendo económicamente. Ellos no son nuestros amigos, créanme", dijo Donald Trump en uno de sus primeros discursos de campaña, días después de haber oficializado su precandidatura a presidente por el Partido Republicano, el pasado 15 de junio.
Lejos de recapacitar, el hombre que hizo una fortuna valuada en más de 10.000 millones de dólares con negocios inmobiliarios, insistió con esta postura en las semanas siguientes, y atacó a sus rivales republicanos, que lo habían criticado duramente.
"A #JebBush (hermano del ex presidente George W.) le tienen que gustar los mexicanos ilegales por su esposa", escribió en su cuenta de Twitter, aludiendo a Columba Bush, que nació en México. Poco después borró el mensaje, al darse cuenta de que había pasado todos los límites.
Pero mantuvo la estrategia de generar escándalos, lo que le permitió ganar espacio en los medios y en las redes sociales. Con un agregado: al decir todo lo contrario a lo que indica la corrección política, opaca a sus contendientes, que en vez de hacer sus propias campañas, tienen que salir a criticar a Trump, convertido así en la figura excluyente de la primaria.
Para profundizar esa línea, arremetió contra el senador John McCain, también republicano. El ex candidato presidencial fue piloto durante la Guerra de Vietnam, donde permaneció cinco años y medio en cautiverio y padeciendo torturas, después de que derribaran a su avión. "No es un héroe de guerra. Yo quiero a la gente que no fue capturada", dijo Trump, metiéndose con un tema muy sensible para los estadounidenses.
"Una de las críticas más recurrentes a Trump es que no tiene un plan de gobierno claro. Ha sido descrito por analistas como un populista plutócrata, porque propone soluciones fáciles, aunque muchas veces disparatadas, a problemas complejos. Por ejemplo, afirma que va a traer de vuelta a Estados Unidos todos los empleos que las empresas americanas llevaron a China o México para ahorrar costos", explica Miguel Carreras, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de California, Riverside, consultado por Infobae.
"Declara frecuentemente que va a terminar con la corrupción de los políticos y de los lobbies en Washington. En política internacional, afirma que va a poder controlar fácilmente a 'los rusos' y a 'los chinos', y que va a bombardear las zonas de producción de petróleo en Irak para contener el avance del Estado Islámico. Sin embargo, cuando le hacen preguntas específicas sobre las políticas que quiere implementar, responde con generalidades. Es difícil saber si hay un verdadero plan de gobierno detrás de esas declaraciones", agrega.
A pesar de hacer todo lo contrario a lo que recomiendan los manuales de marketing político, sin importar lo ofensivas y alocadas de sus consignas, su crecimiento en las encuestas no se detiene. Un sondeo difundido este viernes por la consultora internacional YouGov, que se ubicó entre las más certeras para predecir los resultados de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, le concede a Trump un 28% de las preferencias para las primarias.
Bush aparece segundo, muy lejos, con 14 por ciento. Scott Walker, gobernador de Wisconsin, está tercero, con 13. Si se agrega un 10% adicional de votantes, que eligen a Trump como segunda opción, podría sumar 38 puntos, aplastando a sus rivales. En dos semanas, duplicó su intención de voto, incluso después de sus críticas a McCain.
"Trump conecta con los votantes blancos pobres y conservadores"
"Una de las razones por las que Trump tiene buenos resultados en las encuestas es porque justamente se lo ve como alguien que no se preocupa por el marketing político y por decir siempre lo que es políticamente correcto. Por el contrario, se percibe que dice lo que piensa, y lo que mucha otra gente piensa, pero no se anima a expresar. Aunque eso también puede ser una estrategia de marketing. Probablemente sabe que ese mensaje conecta con una parte importante del electorado, que está desencantada con la política tradicional", dice Carreras.
"Se trata más que nada de los votantes blancos pobres y conservadores -continúa. Las promesas de poner un término a la inmigración ilegal, traer empleos de vuelta a Estados Unidos, y mantener las políticas sociales, cuando otros republicanos prefieren cortar algunos de los programas existentes, le hacen mantener un grado alto de popularidad entre estos sectores".
Por eso, aunque parezca poco consistente, no debe ser subestimado. "Para mucha gente, Trump es un idiota. Pero representa a una minoría muy importante de la clase media baja, y algunos sectores pobres, que están en contra de la inmigración y de los gays, y a favor de un Estados Unidos imperial", explica Riordan Roett, doctor en ciencia política y profesor de la Universidad Johns Hopkins, en diálogo con Infobae.
Para el politólogo Eneas Biglione, director ejecutivo del Centro Hispanoamericano de Investigaciones Económicas (HACER, por su sigla en inglés), Trump expresa como nadie el pensamiento de una "mayoría silenciosa" disgustada con los dos gobiernos de Barack Obama.
"Para mucha gente, Trump es un idiota. Pero representa a una minoría importante"
"Las anteriores elecciones presidenciales -dice a Infobae- fueron las minorías étnicas las que salieron a expresar su voto en mayor proporción, en un país donde el voto no es obligatorio. Pero hay una porción claramente mayoritaria de americanos blancos, que conforma el 75% de los votantes y que ahora, desencantados de su clase política, tienen la intención de salir a votar masivamente para recuperar los principios sobre los cuales fueron fundados los Estados Unidos de América".
Una estrategia difícil de sostener en el largo plazo
No todas son buenas noticias para el magnate, que está empezando a sentir los efectos negativas de su osada estrategia. A principios de julio, luego de su andanada de ataques contra los mexicanos, su imagen favorable entre los republicanos había crecido hasta el 64%, y la negativa, descendido hasta el 27%, según YouGov. En el último sondeo, posterior a sus críticas a McCain, su aprobación cayó al 53%, y su rechazo, trepó al 42 por ciento.
Como consecuencia, a pesar de estar mucho mejor que sus competidores en intención de voto, tres de ellos generan mucho más consenso que él. Marco Rubio ostenta 63% de imagen positiva, contra sólo 17% de negativa; Walker suma 57 y 18%, respectivamente; y Bush, 55 y 34 por ciento.
¿Entonces, cómo se explica que los aventaje por tanta diferencia? Hay un núcleo duro de simpatizantes del partido, que probablemente no supere el 40%, que lo apoya enfáticamente y dice que lo va a votar. El resto, que es la mayoría, no tiene una buena opinión de él, pero reparte su intención de voto entre los otros 15 postulantes. Y ninguno logra sacarse diferencias, porque el único que se destaca, para bien o para mal, es Trump.
"Sus declaraciones pueden ser disparatadas, pero generan interés mediático"
"Es una figura pública conocida. Sus declaraciones pueden ser racistas, ofensivas o disparatadas, pero generan interés mediático, y eso le permite mantenerse arriba en las encuestas. La carrera para ganar la primaria republicana recién está empezando, y muchos de los candidatos, senadores o gobernadores, son desconocidos para la gran mayoría de la población. En cierta medida, las encuestas que se hacen tan temprano miden hasta qué punto los candidatos son reconocidos por los consultados", dice Carreras.
La duda es cuánto tiempo podrá sostener esta situación el coleccionista de torres. Todo indica que mientras haya tantos precandidatos no tendrá mayores inconvenientes. ¿Pero qué pasará cuando muchos empiecen a abandonar la carrera y sólo queden cuatro o cinco? En ese escenario, es posible que los votantes moderados se inclinen por uno de sus adversarios.
"La probabilidad de que Trump gane la primaria republicana es mínima -afirma Carreras. Es cierto que tiene el apoyo de un grupo importante de votantes, pero también es el candidato que más rechazo genera. Algunas encuestas muestran que la mayoría de los votantes republicanos tienen una opinión desfavorable de él y no creen que tenga las cualidades necesarias para ser presidente".
De hecho, cuando YouGov pregunta a los encuestados quién cree que tiene mayores probabilidades de ganar la interna y convertirse en el postulante del partido, sólo un 10% responde Trump. El 36% cree que el vencedor será Bush, y un 11%, Walker.
"La probabilidad de que Trump gane la primaria republicana es mínima"
Trump tiene otra cosa en contra. Al ser tan extremista, estaría en peores condiciones que muchos de sus competidores para vencer a los demócratas en los comicios generales.
"Las chances de Trump de imponerse al candidato demócrata son aún más remotas. En las elecciones presidenciales americanas, los postulantes tienen una tarea de equilibrio difícil de realizar. Durante las primarias, generalmente adoptan posiciones más extremas para convencer a los votantes partidarios, pero luego tienen que volver al centro, porque las elecciones presidenciales las ganan los que logran convencer a los centristas e independientes. La retórica de Trump sobre temas como inmigración ilegal o política exterior le sirve a corto plazo para obtener el apoyo de un grupo de votantes republicanos, pero sería muy difícil que pueda luego volver al centro político y convencer a los independientes de que es un candidato moderado", dice Carreras.
"Por otro lado, debido a los cambios demográficos en Estados Unidos, es imprescindible para los republicanos obtener el apoyo de los votantes hispanos si quieren ganar las elecciones presidenciales. Una de las razones principales de las victorias de Obama en 2008 y 2012 es que supo capturarlo. Los exabruptos de Trump en contra de los latinos, y sus declaraciones racistas recientes, dificultan que pueda obtener el apoyo de estos sectores si se convierte en el candidato republicano, lo que es poco probable", agrega.
Para Roett también resulta "difícil imaginar una Casa Blanca con Trump como presidente". "En caso de un eventual triunfo en la interna -afirma-, tiene pocas chances de ganar contra Hillary Clinton, que tiene fondos y una estructura muy imponente. Pero representa un gran problema para el Partido Republicano: ¿Cómo ganar sin el apoyo de los trumpistas?".
Biglione, en cambio, cree que tiene chances certeras de llegar a la Casa Blanca. "En la próxima campaña, los republicanos tendrán a su favor
que han dejado muchísimo que desear. En materia económica, se han creado enormes programas de subsidios y gasto público innecesario, que se deben revisar de manera urgente. En materia de política exterior,
, y la 'flexibilización de relaciones' con Cuba. Para las elecciones presidenciales falta mucho tiempo, pero quienquiera que sea el postulante republicano,
".