En lo que fue el trigésimo discurso en lo que va del año emitido por cadena nacional, la presidente Cristina Kirchner, junto a su hijo Máximo, justificó el uso de esa vía de comunicación, cargó contra la oposición e ironizó -sin nombrarlo- sobre Mauricio Macri y su giro discursivo.
El evento tuvo un tono de campaña porque impulsó la postulación de Máximo Kirchner, candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria, y de Alicia Kirchner, aspirante a la gobernación santacruceña por el mismo espacio. El acto se realizó en una ciudad blindada por la presencia de gran cantidad de gendarmes, desplegados frente al malestar social que provocó un paro de trabajadores municipales que ya lleva 120 días.
Como es habitual, la mandataria entabló una serie de videoconferencias con funcionarios apostados en distintos puntos del país. Entre esas comunicaciones se contó la que mantuvo con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que mostró los simuladores que se usan para capacitar a maquinistas del ferrocarril.
En otro orden, cargó contra quienes "preanunciaban que todo se venía abajo" y pretenden "asustar con corridas que no existen". Al respecto, anticipó que el Indec informará en los próximos días que se registró un crecimiento del 16% en la construcción, y agregó que incluso un estudio de la consultora FIEL -siempre crítica al kirchnerismo- evidenció un alza en la actividad industrial.
"Vienen tiempos mejores para el país. ¿Saben por qué? Porque en estos años pudimos lograr cosas impensadas. Cuando Néstor Kirchner llegó había solo infierno y miren cómo estamos", señaló. "Miren qué Estado le vamos a dejar a los argentinos", agregó.