sostienen al condenado, un presunto ladrón. El quinto
, mientras otros dos vigilan de atrás.
No fue necesario ningún juicio. Bastó una confesión para que los hombres, que imponen la ley a sangre y fuego en vastos territorios de Irak y Siria, ejecuten la condena.
Se desconoce el nombre del pueblo en el que se dictó esta sentencia. Las imágenes fueron difundidas por una cuenta de Twitter por ISIS.
La escena se repite una y otra vez en distintas ciudades controladas por Estado Islámico.
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Uno de los episodios trascendidos anteriormente ocurrió en Raqqa, también en Siria. Un joven había sido acusado de robo y, en represalia, el grupo terrorista le cortó la mano del brazo derecho en la plaza pública de la ciudad.