Greenberg falleció el domingo por la noche en su vivienda de Gainesville, la localidad universitaria del estado de Florida donde contribuyó a lanzar Grooveshark en 2006.
Hasta el momento se desconocen las causas de la muerte, ya que no se encontraron evidencias ni de crimen ni de suicidio, según informó el departamento de policía de Gainesville a través de su cuenta de Twitter.
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Greenberg, quien vivía con su novia, la cual se encontraba ausente el fin de semana, planeaba nuevos proyectos y estaba "más tranquilo que deprimido" por el fin de Grooveshark, declaró su madre, Lori Greenberg, citada por el diario local The Gainesville Sun.
Grooveshark fue uno de los sitios web pioneros en ofrecer acceso ilimitado a música por "streaming". Pero, a diferencia de otras plataformas como Spotify, la compañía no tenía muchos acuerdos de licencia con sellos discográficos.
Con su espíritu joven y emprendedor, la compañía siempre fue descrita como el "Facebook de la música", pero su trayectoria fue mucho menos fluida.
Greenberg y el otro ejecutivo principal de Grooveshark, Sam Tarantino, tuvieron que hacer frente a 736 millones de dólares de sanciones, luego que un juez decretara en 2014 que los jefes habían alentado a los trabajadores a descargar material protegido por derechos de autor.
Sin embargo, en vez de ir a juicio, Grooveshark -que reivindicó tener 30 millones de usuarios mensuales- se apagó el pasado 30 de abril tras un acuerdo con los principales sellos discográficos.
Como parte del trato, Greenberg y Tarantino ofrecieron excusas públicamente y devolvieron los archivos protegidos por derechos de autor.
El tercer fundador, el colombiano Andrés Barreto, abandonó Grooveshark antes de su fin y ha estado involucrado en "start-ups" en Estados Unidos y América Latina.