En un día histórico, después de 54 años de relaciones hostiles Cuba reabrió su embajada en Estados Unidos. Bruno Rodríguez, canciller cubano, encabezó la ceremonia en Washington, cerca de las 13.30 hora GMT.
El diplomático formó parte de la izada de bandera, que ya ondea en Washington, y luego se dio lugar al himno cubano.
Decenas de personas se acercaron a las inmediaciones de la embajada para presenciar la histórica reapertura. Algunos aprovecharon para pedir que se respeten los derechos humanos en la isla al grito de "Cuba sí, Fidel no", mientras que otros vitoreaban a Fidel Castro al canto de "Viva Fidel" y "Viva Cuba".
Luego de la breve ceremonia Rodríguez brindó una conferencia de prensa en la que exigió el fin del embargo para la normalización de las relaciones entre ambos países.
La nueva era de los lazos entre Cuba y Estados Unidos había comenzado sin gran ceremonia en la medianoche del domingo al lunes en Washington y La Habana, cuando entraron en vigor los términos de un acuerdo del 20 de julio para retomar los lazos bilaterales, y las misiones diplomáticas de ambos países dejaron de ser secciones de intereses para convertirse en embajadas.
Al llegar la medianoche en las dos capitales, terminaron una serie de políticas ampliadas y endurecidas desde que el presidente John F. Kennedy chocó en un principio con el joven revolucionario Fidel Castro por la expansión soviética en las Américas.
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Antes del amanecer de este lunes, la bandera cubana fue izada de forma discreta en el recibidor del Departamento de Estado, junto a las de los demás países con los que Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas.
La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, que tenía previsto anunciar su conversión en embajada en un comunicado por escrito este lunes, no izará inmediatamente la insignia de las barras y las estrellas, sino que esperará hasta agosto, para una ceremonia formal que se espera que sea encabezada por Kerry.
La Sección de Intereses de Cuba en Washington cambió su cuenta de Twitter para identificarse como "embajada", dentro de los diversos cambios en este sentido en las cuentas de medios sociales de ambos países.
"Acabo de hacer mi primera llamada de la historia al Centro de Operaciones del Departamento de Estado de desde la embajada de Estados Unidos en La Habana. No existía en enero de 1961", indicó en su cuenta de Twitter Conrad Tribble, número dos de la delegación diplomática de Estados Unidos en La Habana.
Sin embargo, aunque la normalización protagoniza el estado de las relaciones bilaterales, sigue habiendo un profundo abismo ideológico entre los dos países, y quedan muchos asuntos por resolver. Algunos de estos temas son espinosas disputas, como los reclamos cruzados de reparaciones económicas, la insistencia de La Habana de que se ponga fin al embargo impuesto hace 53 años y las peticiones estadounidenses de que se hagan mejoras en derechos humanos y democracia.
Algunos legisladores estadounidenses, incluidos varios aspirantes destacados a la candidatura republicana, han prometido no revocar el embargo y anunciado que si alcanzan la presidencia darán marcha atrás en las decisiones de Obama sobre Cuba.
Aun así, los acontecimientos del lunes sellan un drástico cambio de rumbo en la política estadounidense sobre la isla comunista durante el gobierno del presidente Barack Obama, que ha buscado acercamientos con Cuba desde que asumió el cargo, y suavizado de forma progresiva las restricciones sobre el viaje y el envío de dinero a la isla.
Los esfuerzos de Obama tropezaron durante años por el encarcelamiento en Cuba de Alan Gross, contratista de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional. Pero tras meses de negociaciones secretas, en diciembre pasado se obtuvo la liberación de Gross y de varios prisioneros políticos en Cuba, así como de los miembros de una célula cubana de espionaje que seguían presos en Estados Unidos. El 17 de diciembre, Obama y el dictador cubano Raúl Castro anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas plenas.
Obama declaró que la antigua política hacia Cuba había sido un fracaso que no alcanzó los resultados pretendidos, y afirmó que EEUU no podía seguir haciendo lo mismo y esperar un cambio. Por tanto, dijo, comenzaría a trabajar en la normalización de relaciones.
El proceso avanzó despacio hasta que Estados Unidos retiró a Cuba de su lista de países que auspician el terrorismo a finales de mayo, y después se atascó en cuestiones sobre el acceso de los diplomáticos estadounidenses a los cubanos de a pie.
El 1° de julio, sin embargo, se resolvieron estos asuntos y ambos países intercambiaron notas diplomáticas aceptando que la fecha de restauración de relaciones plenas