Rotundo fracaso de las encuestas

Los pronósticos para el ballottage porteño estuvieron lejos del resultado final, al punto de convertirse en blanco de un cántico durante el discurso de Lousteau. Las explicaciones de los consultores

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20:28. Martín Lousteau salió exultante al escenario junto a los suyos. Sonrió, saltó, aplaudió. Roy Cortina, su jefe de campaña, le tomó el brazo derecho y lo revoleó en lo alto como si hubiera ganado un combate de box. Había perdido, pero no había señales de que haya sido ese el resultado. Ironías de la política.

Abajo, en el salón que funcionó de comando de campaña de ECO, en Palermo, también reinaba la algarabía. Antes de que el candidato pudiera emitir palabra, la militancia irrumpió con sus cánticos: uno apuntó contra quienes sugirieron que la fórmula debía desistir del ballottage cuando quedó 20 puntos abajo en la primera vuelta; otra, contra los pronósticos. "Qué boludos, qué boludos, las encuestas se las meten en el culo", corearon.

Los sondeos quedaron una vez más derrotados por la realidad. Acertaron -todos- en dar a Horacio Rodríguez Larreta como el ganador. Fracasaron en la distancia.

El margen, de 3,2 puntos porcentuales, expuso fallas en las mediciones. Ninguna consultora se aproximó al resultado final. De hecho, las dos que más cerca estuvieron (Managment & Fit y Poliarquía) proyectaron una victoria del jefe de Gabinete por 9,4%.

El grueso de las encuestas avizoraba que el triunfo del macrismo oscilaría entre los 9 y los 11 puntos. E incluso hubo algunas que informaron una superioridad mayor (un estudio que circuló en los últimos días llegó a reportar que sería de 16 puntos). Con el resultado final hubo quienes dieron sus explicaciones.

"En nuestros estudios había un 16% de indecisos y un 8% de blanco. Evidentemente mucha de la gente que decía que iba a votar en blanco terminó votando positivamente, gente que había votado por el Frente para la Victoria o la izquierda en la última elección apoyó a Lousteau", indicó Mariel Fornoni, directora de Managment & Fit.

En diálogo con el canal TN, la analista dijo que con "la proyección de voto que normalmente se hace con la imagen de gobierno, con la aprobación de gestión, le correspondía un porcentaje de esos votos a Rodríguez Larreta", que resultó ser menor al estipulado.

Raúl Aragón puso en la mesa otro elemento para justificar el yerro: el absentismo, que arañó el 30%. "Creo que el éxodo de gente perjudicó al macrismo, porque los que se van son los de mayor poder adquisitivo, que es su cliente electoral más fuerte", evaluó en América 24.

En declaraciones al mismo medio, el consultor Carlos Fara agregó que también pudo haber incidido el hecho de que muchos electores pensaron que "la elección era un trámite" y asumieron otro compromiso.

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