"En resumidas cuentas, el acuerdo nuclear satisface los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos y nuestros aliados", dijo el presidente Barack Obama, luego de que el martes, en Viena, los diplomáticos del Grupo 5+1 (Francia, China, el Reino Unido, Rusia y Alemania además de los Estados Unidos) y del gobierno de Irán llegaran a la firma de un documento tras de numerosas postergaciones.
Sin embargo, muchos críticos —desde el primer ministro de Israel, Benjamin Netanhayu, hasta el grueso del Partido Republicano, que no obstante nunca logró una propuesta alternativa consensuada— acusaron a Obama de haber cometido un error histórico. En la opinión de dos expertos consultados por Infobae, hay mucho por rescatar:
1) El conocimiento es poder: "No puedo decir si este acuerdo en su totalidad es algo bueno, o no", opinó Mark E. Stout, director del Programa de Estudios sobre Seguridad Global de Johns Hopkins University. "Sin embargo, como un ex agente de inteligencia —trabajó durante trece años para el Departamento de Estado la Agencia Central de Inteligencia, CIA—, puedo decir que si se lo implementa, sus cláusulas de monitoreo nos permitirán saber mucho más sobre Irán y sus programas nucleares, y el conocimiento es poder."
2) La alternativa es que Irán pueda desarrollar armas nucleares: "El acuerdo es importante para los Estados Unidos porque sin un intento de controlar el programa iraní el resultado sería un Irán nuclear en una región que ya es volátil", observó Gregory P. Noone, director del Programa sobre Seguridad Nacional e Inteligencia de Fairmont State University. "Los Estados Unidos y Europa deben intentar un acuerdo con un fuerte régimen de inspecciones porque la alternativa a no contar con tal acuerdo es, simplemente, que Irán avance y produzca una capacidad nuclear apta para armas".
Obama se refirió al logro diplomático como "una oportunidad histórica para asegurar un mundo más seguro, una oportunidad que puede no repetirse en nuestra vida". Según el documento, Irán desmantelará la mayor parte de su infraestructura nuclear, limitará la producción de uranio y plutonio a niveles que no alcanzan para crear un arma y aceptará inspecciones de sus instalaciones nucleares y de lugares no declarados como tales. ¿A cambio de qué? Miles de millones de dólares: eso implica el levantamiento de las sanciones internacionales contra el país, cuya economía se ha debilitado por ese aislamiento.
"El acuerdo es de una importancia extraordinaria para todas las partes", agregó el doctor Noone, quien también enseña Ciencia Política y Derecho en Fairmont State University y es oficial superior en la Academia para el Manejo de Conflictos Internacionales y Consolidación de la Paz del United States Institute of Peace USIP. "El objetivo de los Estados Unidos y de Europa es contener las ambiciones y la capacidad nuclear de Irán. Porque Irán busca la tecnología nuclear para construir una bomba: ningún especialista serio del área de relaciones internacionales piensa otra cosa. Es una fuente de orgullo nacional y una demostración de fuerza, por su aumento de poder en la región tras el fin de un Irak fuerte con predominio sunita."
Noone se refirió al aspecto económico: "Por otra parte, Irán depende en gran medida del dinero proveniente de la vente de su petróleo en los mercados internacionales, y este acuerdo eliminará lentamente las sanciones, lo cual les permitirá básicamente ganar más y les dará una estabilidad financiera mayor para apuntalar su economía debilitada. También le dará la oportunidad de reinsertarse en la comunidad internacional".
Con el Congreso republicano en contra
La firma del acuerdo es apenas el comienzo: sólo se implementará si los representantes y los senadores lo aprueban, para lo cual tienen 60 días, porque las sanciones contra Irán fueron votadas en el Congreso de los Estados Unidos. Con mayoría republicana, el Poder Legislativo presenta un obstáculo importante. Obama ha dicho que vetará la desaprobación del documento, si sucediera.
El debate es rumoroso. "Uno de los temas que ya han surgido es si los Estados Unidos pueden confiar en que Irán cumplirá sus compromisos", señaló el doctor Stout —coautor de The Terrorist Perspectives Project: Strategic and Operational Views of Al Qaida and Associated Movements y The Saddam Tapes: The Inner Workings of a Tyrant's Regime, entre otros libros seminales— el punto central de los argumentos republicanos para desaprobar el acuerdo. "Por supuesto que los Estados Unidos no pueden confiar en Irán. Precisamente por eso es necesario un acuerdo como éste. Los Estados Unidos no necesitan un acuerdo de este tipo con Gran Bretaña porque existe una gran confianza entre ambos países", ilustró.
El profesor de Johns Hopkins —a cargo también de las especialidades de Estudios sobre Seguridad Nacional y de Inteligencia de la Universidad— agregó: "Vale la pena recordar que en plena Guerra Fría hubo muchos acuerdos de control de armas entre los Estados Unidos y la Unión Soviética que resultaron exitosos. Aquí existe el potencial para algo similar".
Noone —coautor de International Law and Armed Conflict: Fundamental Principles and Contemporary Challenges in the Law of War— señaló que en Capitol Hill se desarrolla un drama de la actual polarización política: "Los republicanos en el Congreso seguirán haciendo lo que han hecho durante siete años y se opondrán, por razones puramente políticas, a cualquier cosa que el presidente Obama trate de lograr. Si un presidente republicano estuviera proponiendo este acuerdo, prácticamente todos los republicanos en el Congreso lo apoyarían, con excepción de los neo-aislacionistas como el senador Rand Paul".
Recordó que tampoco Teherán es pura alegría: "En Irán hay una línea dura que se opone a cualquier acuerdo con los Estados Unidos, así que tampoco del lado de allá se trata exactamente de un trato hecho".
Para Stout, "un tema central para el Congreso serán las cláusulas del acuerdo sobre monitoreo y verificación. Espero que el Congreso consulte al director de Inteligencia Nacional [James R. Clapper] sobre su evaluación de grado en que se puede monitorear el cumplimiento de Irán. La evaluación del director tendrá gran peso en el debate legislativo".
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La posición de Israel
Al mismo tiempo que el secretario de Estado John Kerry decía que Israel estaba más seguro tras el acuerdo, el primer ministro Netanhayu criticaba el pacto. "Esto podría ser una sentencia de muerte para Israel", declaró poco después el senador republicano Lindsey Graham, y el Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC) difundió un comunicado para solicitar al Congreso que rechace el documento: "Durante las negociaciones AIPAC destacó cinco criterios fundamentales para un buen acuerdo. Lamentablemente, el acuerdo que se propone es defectuoso en cada una de esas áreas vitales. Urja a sus senadores y representantes a oponerse al acuerdo".
No sólo el partido gobernante, el derechista Likud, se opuso al documento detrás de su líder Netanhayu; también la Unión Sionista, de centro-izquierda, se ha opuesto al documento por considerar que pone en peligro la situación del país. "Ellos ven la amenaza de Irán desde el prisma de los pronunciamientos extendidos y continuos de los líderes iraníes que han llamado a la destrucción de Israel", evaluó el profesor Noone, también capitán en la Reserva Naval de los Estados Unidos, donde cumplió funciones legales y docentes. "Eso sumado al hecho de que la tecnología de lanzamiento no tiene que ser muy avanzada para llegar a Israel desde Irán".
El profesor de Fairmont University —y otras, además de asesor del servicio jurídico de la Marina, JAG, y docente del Instituto Internacional de Estudios Legales del Departamento de Defensa, DIILS, en más de 35 países— recordó que la relación personal entre el primer ministro israelí y Obama no ha sido positiva: "Como resultado, Netanhayu no es muy diferente de los republicanos en el Congreso estadounidense, en el sentido de que no quiere seguir la iniciativa del presidente Obama. Como todos los presidentes que lo precedieron desde [Harry S.] Truman, el presidente Obama apoya a Israel, pero cree que un acuerdo con Irán es la mejor alternativa".
Irán, el legado de Obama y las elecciones 2016
"Políticamente, al presidente Obama le importa tratar de establecer un éxito final en política exterior, para su legado", argumentó Noone.
Obama lo enfatizó en su conferencia de prensa: "Aun si todo lo que los críticos han estado diciendo fuera cierto —que, al cabo de diez o doce o quince años Irán estará en una posición de decidir si quiere un arma nuclear, que estarán en un momento de ruptura—, Irán no estará en un momento de ruptura más peligroso que el momento de ruptura en el cual se encuentra hoy. Así que, ¿por qué no nos aseguraríamos que al menos por los próximos diez o quince años no obtendrá un arma nuclear, y que podemos comprobarlo?".
De acuerdo con Stout, el acuerdo tan discutido será "uno de los puntos más destacados del legado de Obama, positiva o negativamente". ¿Cómo sería cada caso? "La enemistad entre los Estados Unidos e Irán es tan profunda que esto se convertirá en uno de los grandes triunfos o en uno de los grandes fracasos de Obama, según el comportamiento de Irán al implementar el acuerdo", agregó el profesor de Johns Hopkins University.
Comparó el caso con otra iniciativa del primer mandatario estadounidense, también polémica y también posterior a las últimas elecciones legislativas durante sus gobiernos: "También pienso que este acuerdo se va a vincular con la apertura de Obama a Cuba y hará que se lo recuerde como el presidente que no quedó cautivo del legado del pasado en materia de política exterior de los Estados Unidos".
El tema también ingresó al debate con miras a las elecciones de 2016: el precandidato republicano Jeb Bush dijo que el acuerdo "allana el camino de Irán hacia una bomba". Como él, otros contendientes del Great Old Party piensan que dentro de diez años, cuando las restricciones del pacto comiencen a extinguirse, Irán tendrá una situación económica más firme que le permitirá retomar sus aspiraciones a poseer un arma nuclear.
"Podemos esperar que este acuerdo sea un tema grande en las elecciones de 2016", vaticinó Stout, quien también fuera historiador del International Spy Museum, en Washington. "Excepto que suceda algo inesperado, el éxito a largo plazo de este acuerdo no estará claro en noviembre de 2016. En consecuencia, los candidatos presidenciales de ambos partidos podrán utilizarlo para apoyar sus propios argumentos".
Que son previsibles: "Los republicanos podrán usarlo como ejemplo de la debilidad de la política exterior del gobierno de Obama y así atacar a Hillary Clinton. Y Clinton podrá presentarlo como la calase de nuevo pensamiento valiente y tenaz que ella procuraría como presidenta", sintetizó.
El profesor Noone coincidió en la importancia del tema en el campo presidencial de 2016: "La oposición al acuerdo provendrá de los candidatos que se alejen de cualquier cosa que el presidente Obama apoye, de manera tal que puedan avanzar entre los votantes republicanos en las primarias".