Después de las complicaciones de salud que lo apartaron de la vida pública a fines del 2013, Ricardo López Murphy parece algo cambiado y más reflexivo de lo que ya era. Conserva el humor, mantiene las definiciones filosas, pero dejó de personalizar ciertas discusiones y dice haberse despedido de la faz agonal de la política electoral para mimetizarse de la política arquitectónica en la escuela de formación de dirigentes políticos en la cual participa. "Estoy haciendo un trabajo profesional y académico y desarrollando las tareas en la Fundación Cívico Republicana", cuenta cuando se le pregunta por el día a día.
Dice que "las derrotas electorales" que sufrió y "el componente de show importante" que tiene la política de estos días, lo apartaron de las campañas electorales.
Sostiene que acompañará al triunfador dentro de la interna de Cambiemos, no se definió por ningún candidato porteño de cara al domingo, aunque reconoció que "se perdió una enorme oportunidad para debatir todos los días los temas de la ciudad" y dar una señal de civilidad distinta a la discusión nacional desde la oposición. En ese sentido dijo que "resulta poco comprensible" la actitud de Horacio Rodriguez Larreta de no debatir cuando después de 8 años de gestión. "Debería tener tan claro los temas de la ciudad que debería ser el menos preocupado por la discusión".
López Murphy recordó que Martín Lousteau fue alumno suyo, pero dijo: "Discrepo profundamente con las políticas y decisiones personales que tomo en algunos años, en particular cuando fue Ministro de Economía" de Cristina Kirchner.
Cree que "Argentina desaprovechó una enorme oportunidad histórica en términos de intercambio y tasas de interés a nivel mundial que difícilmente se repitan" y que hoy "los desajustes macroeconómicos son fenomenales". "Alta inflación, cepo cambiario, fuerte déficit fiscal combinado de 8% del PBI entre lo fiscal y financiero del BCRA y pérdida de competitividad que llevan a tener las menores exportaciones de los últimos 4 años. Todo eso genera una economía que no crece hace 4 años y tampoco crea empleo genuino. Por eso se explica en parte la duplicación de la planta de empleados públicos a la que asistimos", resume López Murphy.
Asimismo, dice que "esos desequilibrios que estamos teniendo producen presión sobre el mercado cambiario y son lógicos los movimientos que se están viendo". Dijo que "no es un tema que se resuelva con la policía, gendarmería o agentes de inteligencia, sino modificando políticas".
Sin embargo se mostró esperanzado que todo cambie porque la propia realidad lo va a hacer. "Aunque siguiera Kicillof esto no va a poder seguir así", sentenció un confiado López Murphy luego de afirmar que todos los economistas "reconocen que hay un retraso cambiario y que debe ser corregido".
Evita hablar de década ganada o perdida y prefiere sostener que "se cometió un error de apreciación sobre la circunstancias. El país debería haber aprovechado a lo Arturo Frondizi y hacer una revolución de inversiones productivas y de infraestructura que nunca llegaron".
"Era un momento donde debió volar la inversión sin afectar consumo, pero no se hizo", sentenció tras remarcar que "Argentina es el único lugar del mundo donde las inversiones externas se anuncian por cadena nacional".
Sostiene que "con el cepo nadie saca dólares, pero tampoco nadie los trae" y calcula que el déficit del Estado estará este año "en u$s 50.000 millones".
López Murphy dijo que se endeudó mucho con las últimas campañas pero que ya pagó todo por eso está en paz y reconoció que "aún cuando hacíamos política de forma austera, siempre había gastos adicionales que disparaban los presupuestos"
Repitió que "hay que rediseñar el Indec, volverlo confiable y creíble" y después reformar la economía "porque vienen 5 años probablemente exigentes para América Latina por precios de los productos exportables, tasas de interés y contexto internacional".
Sostiene que era previsible que el conflicto con los buitres terminare de la manera que ocurrió con fallos adversos en los Estados Unidos. "Lo escribí en un artículo en La Nación en marzo del 2005". "Lo que se podía hacer debió hacerse entre 2005 y 2008". Luego, cuando entraron los fondos buitres, todo se sabía sería más complejo. "En un punto hasta les convenía litigar". "La reestructuración del 2010 mejoró la situación, pero el problema había avanzado tanto que convenía pleitar". Ya han gastado en abogados no menos de u$s 300 millones.
"Ahora todo es más complejo y llevará tiempo resolverlo, aunque hay que hacerlo", sentenció.
Sostiene que "el gasto ha subido entre 15 y 17 puntos del PBI. Nunca creí que fuera factible". Relativizó que el sector público esté sobredimensionado, aunque dijo que "hay áreas que probablemente lo estén, mientras que a otras les falta personal. Un ejemplo son las Fuerzas Armadas con 80.000 hombres frente a Grecia que tiene 340.000 hombres para un país de 10 millones de habitantes"
"Aca hay lugares donde hay gastos que no se entienden", resume.
Ve a una parte de América del Sur "voluntariamente separada del mundo". Menciona allí los casos de Venezuela, Argentina y también Brasil pese a ciertos analistas que lo apartan. "No puedo entender como alguien cree que es valioso lo hecho por Venezuela que tiene un tipo de cambio paralelo 100 veces superior al oficial", dice López Murphy. Los países "cortaron lazos comerciales con una parte del mundo. Ha habido una gran caída de las inversiones extranjeras. Son decisiones que han tenido que ver con elegir un modelo cerrado, basado en no competir y que es un error estratégico. Eso combinado con un sesgo populista generaron las crisis que se padecen Venezuela y en menor medida Brasil y Argentina", sostiene.
Finalmente prefirió no definir la gestión de Axel Kichillof como buena o mala. Sin embargo dijo que "es un ministro que ha ajustado su gestión a tratar de llegar a las elecciones sin ninguna devaluación importante y en virtud de eso podría definirse como exitoso, aunque hay que ver si llega".