Tras una larga y extensa carrera por distintos lugares de Sudamérica, llegó a su máximo logro siendo el verdugo de su propio país. Fue vital, desde el banco de suplentes, para que Chile obtuviese su primera
, tras vencer a Argentina por penales.
Este título ponderó al director técnico y comenzó a ser bien visto por este lado de la Cordillera. Sin embargo, él solo se privó de una interesante posibilidad debido a su gran amor por el "Millonario". "Soy hincha de River desde chiquito. Me generaría una presión extra dirigir ahí". Y luego, agregó: "No podría ser técnico de Boca".
Más allá de esta declaración, la charla con No Somos Nadie, programa que se emite por Radio Metro, giró entorno a lo sucedido en el máximo certamen continental. Como primera medida, defendió a Lionel Messi y explicó cómo hizo para minimizarlo: "No comparto las críticas a Messi. Me parece que hay que analizar el contexto. En el Barcelona todos lo buscan y se la pasan siempre. En la Selección no y así es más fácil de neutralizar. Nosotros teníamos un plan para bloquear a Argentina y otro para bloquear a Messi. Igualmente, Messi jugando al 50% es el mejor de todos".
"Argentina no protagonizó la final desde el juego. Para mí las finales hay que jugarlas. Los delanteros argentinos eran más que nuestros defensores y creo que los partidos se definen en las áreas. Pero más allá de esa final, considero que Argentina es la mejor Selección del mundo. De diez partidos podemos llegar a ganarle uno. O alguno más", prosiguió con su análisis de lo acontecido.
Luego de demostrar su admiración por Juan Domingo Perón, recalcar su fanatismo por Callejeros, y deslizar que la sanción que percibió Arturo Vidal no hubiese sido la misma si era el tercer arquero, confesó por qué no estuvo en la celebración tras obtener el trofeo: "Soy argentino, así que me fui a comer pizza con mi familia".