El Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC comenzó la semana pasada con el "cierre de plantas", ante la escasez de ganado bovino por el paro que llevan a cabo los trabajadores encargados del control fitosanitario, que reclaman por la "precarización laboral y la falta de diálogo del Estado".
El sector afectado sugirió el "anticipo de vacaciones y suspensiones provisorias para el personal" de las plantas exportadoras, al tiempo que alertó sobre las posibles consecuencias en el "abastecimiento local y las ventas externas de los frigoríficos referidos".
A esta problemática con los trabajadores se agrega la crisis que ya golpeaba a la actividad; el consorcio ABC los unificó en un comunicado: "A los anunciados temas de baja del precio internacional, baja de los subproductos e incremento de la actividad irregular y competencia desleal, se agregó la imposibilidad de contar con la materia prima para conformar las faenas, que fue el último eslabón que determinó el cierre en las plantas frigoríficas".
Esta parálisis es preocupante porque ya son 7.500 los operarios licenciados y los efectos empiezan a advertirse en las carnicerías y en los supermercados: la carne de novillo aumentó un 20% y próximamente "podría haber faltante de mercaderías".
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, manifestó esta mañana su inquietud: "Necesitamos que el tema del Senasa se normalice rápidamente porque está afectando a toda la actividad frigorífica y no se puede seguir de esta forma". Lo dijo minutos antes de entrar a una reunión con representantes del sector.
Además de cuestionar la precarización laboral, los trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria piden el 82% móvil jubilatorio para todos los empleados del Senasa y terminar con la privatización de las funciones indelegables del Estado nacional. Exigen también la apertura de la paritaria sectorial, y equiparación de salarios con organismos como AFIP, Migraciones y aduana.
A esa problemática se suma la crisis de la industria frigorífica, que afronta problemas de rentabilidad ante la caída de 20% promedio en los precios externos, limitaciones en los permisos de exportación, pérdida del 40% del valor del recupero (cueros y menudencias) y retenciones del 15%.