Su decisión ha sorprendido a la opinión pública italiana, que no se explica cómo una joven de 28 años, estudiante de Biotecnología en la Universidad Estatal de Milán (norte del país), ha podido cambiar su vida de este modo, hasta el punto de adoptar el nombre de Fátima.
Otra muestra de su conversión al islam es la imagen difundida por la Policía italiana que revela un cambio progresivo en su aspecto físico: de una joven sonriente, vestida de rosa y con el pelo suelto pasa a usar un burka grisáceo que sólo deja entrever sus ojos.
Llegó incluso a participar en debates televisivos en los que pronunciaba toda clase de argumentos a favor del burka y del hiyab (pañuelo) porque, en su opinión, "la integración no significa que la mujer musulmana deba pasear desnuda".
Se sabe que nació en 1987 en Torre del Greco, en la provincia de Nápoles (sur de Italia), y que en su adolescencia se trasladó junto a su familia a Inzago, en el cinturón industrial de Milán.
En 2008 se casó con un tunecino, del que se separó, al parecer, por no respetar a rajatabla las normas que estipula el Corán. Cinco años después contrajo matrimonio con Aldo Kobuzi, el albanés con el que se ha marchado a Siria para unirse al ISIS.
Su historia volvió a salir a la luz la semana pasada, cuando las autoridades italianas detuvieron a su familia y la de su marido en Toscana cuando planeaban viajar a Siria, ya que, al igual que la pareja, supuestamente han abrazado el islam radical.
Su hermana y su madre se afanaban en vender todas sus propiedades mientras que su padre se despidió del trabajo y cobró el finiquito con la intención de financiar el viaje y la estancia en tierras controladas por los yihadistas, de acuerdo con la Policía.
Incluso las autoridades policiales han mostrado imágenes en las que se ve a su hermana, Susanna, vestida con un burka negro y descargando de un coche una maleta de grandes dimensiones con la que, según la fuente, pretendía llevar a cabo el mencionado viaje.
Las mismas fuentes han difundido interceptaciones telefónicas en las que Maria Giulia o Fátima insta a su familia a abandonar Italia y anima a su padre, Sergio, a "llevar a su madre de los pelos si fuera necesario".
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El periódico
publica hoy una conversación que una de sus periodistas ha mantenido por internet con Maria Giulia y en la que la joven explica las razones por las que abandonó su vida en Italia para llevar a cabo la hégira, la emigración al califato.
"Sepa que el ISIS es un Estado perfecto. Aquí no hacemos nada contra los derechos humanos. Cosa que, por el contrario, hacen aquellos que no siguen la ley de Alá", justifica, al tiempo que recuerda la existencia de penales como la base estadounidense de Guantánamo.
La reportera trata de razonar con Maria Giulia y le recuerda las matanzas perpetradas por los yihadistas de Abu Bakr al Baghdadi,
y todos los crímenes por los que se les reconoce.
Ante estos argumentos, Fátima asegura: "Nosotros, cuando decapitamos a alguien, estamos obedeciendo la sharia (ley islámica)". Hace hincapié en la palabra "nosotros" y recalca: "También yo formo parte del ISIS".
"El Estado Islámico no tortura a ningún prisionero.
, son hipócritas que actúan como espías y ofrecen la información a los infieles para que después nos ataquen", señala con vehemencia. Así, defiende la Ley del Talión y afirma, entre gritos e interrupciones de la conexión, que "Alá establece que se corte la mano al ladrón" para que esto sirva "como ejemplo para todos".
En relación con la situación de las mujeres en el califato entre Siria e Irak, Maria Giulia refiere: "Aquí no esclavizamos a las mujeres, sino que las honramos". "¡Basta de usar los típicos argumentos!", exclama irritada.