"Seguimos la situación de cerca y nos mantenemos dispuestos a ayudar a Grecia si nos lo piden", dijo Lagarde en un escueto comunicado en el que señaló haber tomado nota del resultado de la consulta popular.
En el referéndum del domingo más del 61% de los griegos rechazó las exigencias de los acreedores de la nación helena de mayor austeridad a cambio de más dinero fresco, una victoria para el gobierno del partido de izquierda radical Syriza que asumió hace cinco meses.
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Todos los ojos miraban este lunes al Banco Central Europeo (BCE), visto como la única institución que puede contener el pánico de los mercados y evitar un colapso de la economía griega.
En su breve comunicado, Lagarde no precisa quién deberá realizar formalmente este pedido de ayuda.
Tradicionalmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) brinda su ayuda a pedido de Estados en grandes dificultades financieras.
Sin embargo, la situación con Grecia es singular: el país entró en default el pasado 30 de junio con el organismo, y por lo tanto éste no puede brindarle ninguna asistencia financiera hasta que Atenas pague los 1.500 millones de euros (u$s1.670 millones) adeudados.
El Fondo ha llamado a los griegos a adoptar nuevas medidas de ahorro, pero también exhorta a los europeos a realizar un gesto para aliviar la voluminosa deuda del país.
Según las estimaciones del FMI Grecia necesitará al menos 50.000 millones de euros (poco más de
en los
de los cuales 36.000 millones de euros (casi u$s40.000 millones) de parte de los europeos.